Se dilata la caída de la chimenea Fioravanti

Si bien se rumoreaba que podía desplomarse esta tarde, finalmente habrá una reunión entre autoridades para evaluar un plan de contingencia.

Néstor Salas

Siguen las vueltas y las demoras en la demolición de la histórica chimenea Fioravanti, que desde el sábado mantiene en vilo a la ciudadanía de Regina.

Las últimas informaciones indican que desde las 18 se realizará una reunión, donde participarán el encargado de la tarea, los abogados de la comuna, personal de Defensa Civil, Bomberos y la empresa Vertua.

Allí, se espera la presentación de un plan de trabajo para que se tomen las medidas de seguridad necesarias para que se desplome el edificio.

En tanto que quien se encuentra a cargo de la demolición expresó que “mañana entre las 12 y las 15 va a estar abajo la torre”.

Si bien se rumoreaba que la chimenea podía derrumbarse sobre las 18, finalmente no se avanzó en esa posibilidad.

En la zona permanecen, desde ayer, el cuerpo de Bomberos local y la dirección de Defensa Civil, quienes mantienen una guardia ante un posible desmoronamiento. Ayer las tareas en el lugar para debilitar la estructura se extendieron hasta la medianoche y continuaron esta mañana.

Néstor Salas

“Está comprometida, es imposible salvarla”, manifestó ayer el ingeniero Juan Oliver a Defensa Civil cuando realizó el informe sobre el estado de la estructura. Además, agregó que para recuperarla la debería realizarse una inversión millonaria que hoy nadie está dispuesto a pagar.

Ante esta situación, la demolición de la “Chimenea Fioravanti” es inminente y sólo falta que el obrero que está trabajando en el lugar tome la determinación de derrumbarla.

Si bien se había informado que esto se iba a llevar a cabo en horas del mediodía, todavía no se ven el lugar los preparativos adecuados para hacerlo. Mientras se espera por novedades, personal de tránsito del municipio, de Bomberos y la gente de Defensa Civil manifestó su descontento para con los encargados de realizar la demolición debido a las demoras.

Bomberos y Defensa Civil permanecieron durante la noche en resguardo del área. Foto: Néstor Salas.
Néstor Salas

Para que sea una caída controlada de la torre se deberá cortar el tránsito tanto de la colectora como de la Ruta 22 con una hora de anticipación, para evitar cualquier daño colateral que se pueda producir producto del derrumbe.

En las últimas horas, el municipio reginense había presentado una medida cautelar ante el Juzgado Civil N°21, donde se solicitó justamente el cese de la demolición, porque no estaban dadas las medidas de seguridad.

El recurso fue aceptado por la jueza de turno, quien ordenó a la firma Vertua que cese con esas tareas. A pesar de ello, la persona encargada de realizar la demolición continuó con los trabajos sobre la Chimenea.

Mientras tanto, toda una ciudad está en vilo a la espera de lo que pueda suceder.


Un proyecto para un loteo donde funcionó la primera fábrica de conservas de Villa Regina, y donde se encuentra una chimenea que fue declarada como monumento histórico por el municipio reginense, abrió el debate por el futuro de la estructura de 43 metros de alto ubicada sobre el ingreso este a Villa Regina.

La preocupación por parte del municipio y gran parte de la comunidad es por el futuro de esa estructura construida con ladrillos y hormigón que se levantó en 1932, y que hoy quedó en medio de un predio totalmente desmontado, mostrando importantes daños en su estructura y con riesgos de caerse de no realizarse trabajos para su recuperación.

Y mientras por un lado el propietario del predio avanzó con la puesta a la venta de lotes en ese sector, el Concejo Deliberante aún no aprobó ningún proyecto para urbanizar el triángulo de tierras ubicado sobre la margen norte de la ruta 22, delimitado por la calle colectora paralela a las vías y la avenida General Paz hacia el oeste.

Desde el Deliberante local deslizaron que existen otras propuestas para aprovechar ese sector, ya sea a través de la compra por parte del municipio para establecer allí un centro cívico que nuclee a todas las áreas municipales, incluyendo al legislativo, o bien avanzando con la expropiación de la porción de tierras. Ambas medidas con el fin de garantizar la permanencia del monumento histórico.

También hay una propuesta de la fundación Fundesur para declarar de “interés público” la manzana donde se encuentra esa construcción, para luego avanzar con un concurso de proyectos de arquitectura urbana que dé un valor destacado a ese sector de la ciudad (ver aparte).

El presidente del Concejo Deliberante, José Rayó, señaló que “hasta el momento no se ha presentado ningún proyecto para autorizar un loteo en ese lugar. Sabemos que existe una prefactibilidad de parte del área de obras particulares, pero la autorización para un loteo la debe dar el Concejo Deliberante. Si no lo autoriza, se estarían vendiendo lotes que no podrán ser urbanizados”.

Explicó que “otro punto es que ni siquiera se sabe con certeza quién es el propietario de las tierras. La empresa Servicios Vertúa hizo la demolición de todo los edificios que rodean a la chimenea”.

Por otra parte apuntó que si bien la chimenea fue declarada monumento histórico en 2006, “nunca la empresa firmó el acuerdo, lo cual le impide acceder a fondos que el gobierno nacional dispone para obras de refacción y mantenimiento de monumentos históricos”.

La preocupación por el estado de la Chimenea de Fioravanti, como se la conoce, no es reciente, sino que ya desde hace varios años distintas instituciones e integrantes de la comunidad local han expresado su inquietud por la falta de mantenimiento de este monumento histórico.

La puesta a la venta de lotes por parte de un privado y el riesgo de la pérdida de la estructura incrementó la preocupación al respecto.

Fue construida en 1932 y tiene

43 metros de altura

En el marco del debate que se generó por el destino de la chimenea histórica de la exfábrica Fioravanti, Fundesur también hizo una propuesta que apunta a declarar de “interés público” la manzana donde se encuentra esa construcción, para luego avanzar con un concurso de proyectos de arquitectura urbana que dé un valor destacado a ese sector de la ciudad.

El vicepresidente de Fundesur, el arquitecto Daniel Flores, mediante una nota que elevó al intendente Daniel Fioretti, solicitó se declare la manzana ubicada entre la calle General Paz, la colectora norte y la ruta 22 de “interés público”, al señalar que autorizar un loteo sería “un pobre destino para la ciudad”.

“El objetivo que entendemos mejor para la ciudad, es que se lleve adelante un concurso nacional o regional de ideas de arquitectura, urbanas y económicas para un desarrollo público-privado en dicha parcela” apuntó el vicepresidente de Fundesur.

De interés público

Indicó que en la propuesta para declarar de “interés público” debe haber un acuerdo con el propietario del predio, aportando un porcentaje en metros cuadrados de dicha parcela. En caso de no existir acuerdo, el municipio podría avanzar en la expropiación del lote.

“Con la obtención de la tierra como propiedad de la municipalidad, se acuerda con el Colegio de Arquitecto de Río Negro y la Fadea, para llevar adelante el concurso. Las propuestas arquitectónicas/urbanas, deberían incluir la propuesta económica y de inversión privada para llevar adelante dicho emprendimiento, y en ese marco el Municipio de Villa Regina, como aportante de la tierra, recibirá un porcentaje de metros o un acuerdo económico” remarcó.

Detalló finalmente Flores que “el llamado a concurso debería ser regional o nacional, con un jurado de primer nivel” y propuso convocar para el estudio de las propuestas a los arquitectos Roberto Frangella, Jorge Moscato, Damián Tabakman y Juan Fontana.

Datos

La “Chimenea de Fioravanti” como todos los vecinos de Villa Regina la conocen, fue levantada en 1932 –ocho años después del nacimiento de la Colonia Regina– cuando se construyó la primera fábrica de conservas de tomates, a partir de un proyecto de la sociedad entre Torrigiani y Bagliani, quienes ya tenían emprendimientos similares en otros puntos del país.
La torre de 43 metros de altura permitía evacuar el humo y vapores del sistema de calderas con el que funcionaba la fábrica.
En la década del 90 cerró y luego fue adquirida por la empresa Servicios Vertúa que utilizó el lugar como depósito de materiales y maquinarias, hasta que el año pasado decidió demoler todo el edificio y solo dejar en pie la chimenea.

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