Apenas diez personas hicieron el curso en Roca

Testimonios de quienes a diario ponen manos a la obra para lograr calidad en la fruta.

“Hay que sacar la madera vieja y renovar la planta. Y separarlas entre sí unos 30 centímetros desde el cuerpo. Si tiene mucha rama, la fruta queda muy chica. Pero si es buena la poda, en la cosecha se saca mejor calidad”. Con la sabiduría que le dio el tiempo –tiene 61 años y lleva 46 de pleno trabajo entre frutales– José Pacheco explicó ayer en qué consiste la poda, tarea clave en el invierno, pero tan específica y sacrificada que no muchos saben hacer.

“A la mañana ni bien llego a las 9 trabajo la parte baja, porque hay hielo en el piso y escarcha en las ramas. Si subo la escalera me puedo caer, cuando el sol está más alto sí se hace la parte más alta, pero se pasa mucho frío”, comentó el hombre abrigado con varias capas, un gorro y cuellito, mientras desarrollaba su tarea en una chacra ubicada en la calle Nahuel Huapi, a pocos metros de la escuela Romagnoli.

Por día su meta es el despunte de dos filas, y dice que siempre lo consigue. Para media tarde, antes de las 18 serán varias las subidas y bajadas de la escalera, pero asegura que unos 52 perales estarán listos para crecer en la primavera. “Me pagan 330 pesos la fila, hago dos para ganar $ 660, pagan poco. Hay chacras en donde pagan hasta mil el día”, apuntó José.

“Hay que estar acá en el invierno. Hay mañanas en que cuando la neblina deja de estar densa hacen cuatro o cinco grados bajo cero”, agregó.

Manos congeladas

Desde Mosconi parte bien temprano cada mañana Ricardo Morales (52) por la calle Viterbori. Metros antes del autódromo, varios cuadros de peras y manzanas conforman la chacra en donde trabaja todo el año, y que en las últimas semanas lo mantiene ocupado con los trabajos de poda.

“El frío me congela las manos por momentos. Estando arriba tenemos peligro de accidentes y cortes, pero este trabajo es así, y lo hago hace 15 años”, señaló Ricardo Morales sin bajarse de la escalera de unos cuatro metros, que lo acompaña en su recorrido cada jornada. Estaba a pleno desde las 8 y un rato después seguía con cortes precisos y a buen ritmo en lo más alto de las plantas. Los especialistas dicen que la velocidad también califica a un podador.

“Es raro que entre un joven que quiera aprender, porque prefieren hacer otra actividad. Esto es sacrificado, en invierno cuando están los peores fríos es cuando se tiene que podar”, agregó el hombre. En la chacra donde él trabaja, por ejemplo, se utiliza una máquina para los cortes más altos y personal para los del costado. “La tecnología nos está desplazando, es un trabajo específico y cada vez se ocupa menos gente”, agregó Ricardo.

Además de la falta de personal capacitado para la tarea, ocurre que en muchas chacras se redujo el presupuesto destinado para éste trabajo de invierno. “Tenemos 25 hectáreas y 11 en producción con peras y manzanas. El año pasado tuvimos tres podadores, este año sólo dos. Y es más, no conseguíamos, recién la semana pasada dimos con uno, estábamos con uno solo”, indicó Claudio Curinam, encargado de la chacra 215.

El panorama se repite entre los chacareros. “El año pasado tuvimos seis podadores, ahora se tomó a la mitad. Incluso se está podando sólo la pera, es el 50% de la producción”, agregó Patricio Fajardo, encargado de otra chacra de Roca.

El escenario es complejo, pero está claro que la mano de obra capacitada no abunda.

“El frío me congela las manos por momentos. Tenemos peligro de accidentes y cortes, pero este trabajo es así, y lo hago hace 15 años”.

Ricardo Morales tiene en la actualidad 52 años

Apenas diez personas hicieron el curso en Roca

Esta semana la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre) junto con la Federación de Productores y la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI) convocaron a un curso de poda en la chacra 205 de Roca. “Fueron 10, falta muchísima gente para lo que es la poda”, sostuvo el secretario general de Uatre en la seccional Roca, Sergio Alarcón.

“No hay podadores, siempre hubo un faltante. Es una tarea específica, no cualquiera poda, muchos no se capacitaron nunca”, afirmó el delegado y puntualizó en que en Roca hay “4.000 titulares, harían falta unos 6.000 o 7.000”.

Incluso, informó que la demanda sin cubrir se repite en otras ciudades, por lo que una vez culminados los trabajos en esta ciudad, hay podadores que viajan a hacer la tarea a otras localidades. “Van a El Chañar, Campo Grande, las empresas los buscan”, aseguró.

En ese sentido, Alarcón adelantó que habrá más convocatorias a interesados en aprender, que pueden anotarse en la sede del gremio, ubicada en 25 de Mayo y España. La capacitación consiste en cinco encuentros y los asistentes reciben un certificado del curso.

La temporada de poda arranca a principios de mayo y termina a fines de agosto.

El dato

La fila de plantas podadas se paga $ 330 pesos. En el día se pueden hacer dos filas con calidad. Algunas chacras pagan $ 1.000.

Esta semana la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre) junto con la Federación de Productores y la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI) convocaron a un curso de poda en la chacra 205 de Roca. “Fueron 10, falta muchísima gente para lo que es la poda”, sostuvo el secretario general de Uatre en la seccional Roca, Sergio Alarcón.

“No hay podadores, siempre hubo un faltante. Es una tarea específica, no cualquiera poda, muchos no se capacitaron nunca”, afirmó el delegado y puntualizó en que en Roca hay “4.000 titulares, harían falta unos 6.000 o 7.000”.

Incluso, informó que la demanda sin cubrir se repite en otras ciudades, por lo que una vez culminados los trabajos en esta ciudad, hay podadores que viajan a hacer la tarea a otras localidades. “Van a El Chañar, Campo Grande, las empresas los buscan”, aseguró.

En ese sentido, Alarcón adelantó que habrá más convocatorias a interesados en aprender, que pueden anotarse en la sede del gremio, ubicada en 25 de Mayo y España. La capacitación consiste en cinco encuentros y los asistentes reciben un certificado del curso.

La temporada de poda arranca a principios de mayo y termina a fines de agosto.

Datos

“El frío me congela las manos por momentos. Tenemos peligro de accidentes y cortes, pero este trabajo es así, y lo hago hace 15 años”.
$ 495
por día es lo que cobra un podador luego del incremento del 22% alcanzado en las últimas paritarias del gremio rural.
La fila de plantas podadas se paga $ 330 pesos. En el día se pueden hacer dos filas con calidad. Algunas chacras pagan $ 1.000.

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