“Si me pedía perdón de verdad, yo no tenía por qué negárselo”

El jubilado de Regina relató que quiso hablar con el muchacho, pero que nunca pudo verlo. El primer encuentro fue en la audiencia en la que se abrazaron.

Cuando Alberto Suárez aceptó el pedido de disculpas de quién lo agredió para robarle, nunca pensó que el hecho iba a causar tanta repercusión. Su caso se convirtió en un ejemplo. No guarda odio ni rencor contra quien hace poco más de un año atrás lo atacó brutalmente junto a otra persona. No fue fácil transcurrir todo ese tiempo hasta que volvió a ver cara a cara a su atacante y lo perdonó.

“Espero que pueda tener una mejor vida, que cambie”, reflexionó este jubilado de 68 años, quien vivió gran parte de su vida en el barrio San Martín, donde junto a su esposa crió a sus cinco hijos.

Alberto y su familia están en el barrio desde que entregaron las viviendas en la década del ‘80. Conoce a todos los vecinos, e incluso desde chico a quien lo atacó hace un año atrás para robarle, y nunca hasta ese momento había tenido inconvenientes con ninguno.

“Yo siempre hice mi vida, no me meto con nadie. Si veíamos que sucedía algo raro, enseguida avisábamos a quien correspondía para mantener un buen convivir entre todos, y si surgía algún otro tipo de problema la mejor manera era enfrentarlo y hablarlo para aclarar todo” agregó.

Y como una paradoja del destino, el incidente ocurrió mientras estaba teniendo otro buen gesto: la noche en la que fue atacado había ido a visitar a una vecina que se encontraba embarazada. Había ido a verla para preguntarle si estaba bien y si necesitaba algo porque pasaba muchas horas del día sola y estaba en el último tramo de la gestación del bebé.

Mientras conversaba con la vecina vio venir a dos jóvenes (uno era Sebastián), y se corrieron para darles paso, pero sin mediar palabra comenzaron a golpearlo con los puños y puntapiés cuando cayó al suelo. Tras esos minutos de terror, se incorporó y fue a su casa, donde entró y sólo dijo que lo habían golpeado. Sus familiares fueron quienes dieron aviso a la policía y lo trasladaron hasta una clínica para recibir atención médica.

“Yo después de eso quería hablar con él, para preguntarle qué le pasaba conmigo, si necesitaba plata me la hubiera pedido y se la hubiera dado, pero nunca se dio la oportunidad hasta que nos encontramos en el juzgado. Yo estaba preocupado por la relación que podíamos tener cuando nos encontráramos de frente, sobre todo porque tengo familia y él tiene familia, y de mantenerse el rencor iba a ser peor” señaló.

Pero llamativamente cuando el hecho llegó a juicio, su agresor le pidió perdón.

“Le pedí permiso al juez para acercarme y lo abracé. Sí el me pedía perdón de verdad, yo no tenía por qué negarle el perdón” comentó Alberto, desde su casa, luego de que su caso saliera a la luz y tuviera una catarata de comentarios en las redes sociales, destacando su actitud.

“Yo creo que fue sincero en lo que dijo, él sabrá qué es lo que va a hacer. Yo me siento tranquilo, porque aún siendo la víctima no me sentía bien. Ese fue un momento muy malo y prefiero no recordarlo. Pero ahora me siento contento” indicó.

Momentos duros

tras el ataque

Datos

La agresión que sufrió Alberto Suárez le dejaron secuelas que fueron difíciles de borrar. No sólo por las heridas que sufrió en su cuerpo, sino por la afectación psicológica que le dejó el ataque. Las heridas en su cuerpo sanaron con el tiempo, pero otras demoraron mucho más.
“Mi mamá nos contaba que de noche no podía dormir, que daba vueltas en la cama, y otra veces mientras dormía pedía que no le pegaran más” comentó Lorena una de sus cuatro hijas mujeres.
“Acá todos me conocen, nunca tuve problemas con ningún vecino, e incluso entre los de este núcleo nos hemos puesto de acuerdo para mantener el orden”, comentó el hombre.

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios