Adolescentes; matrimonio precoz es una forma de violencia de género

Alertan sobre los riesgos del emparejamiento y maternidad precoz, entendidos como otra forma de “violencia hacia las niñas”.

Adolescentes; matrimonio precoz es una forma de violencia de género

Alertan sobre los riesgos del emparejamiento y maternidad precoz, entendidos como otra forma de “violencia hacia las niñas”.

Uno de cada diez chicos de entre 15 y 19 años vive en pareja en la Argentina, pero por cada varón casado legalmente hay tres mujeres en esa situación, según un informe sobre matrimonio y convivencia adolescente presentado por la Fundación para el Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM).

La Fundación también llama la atención sobre los riesgos del emparejamiento y maternidad precoz, entendidos como otra forma de “violencia hacia las niñas”.

“Solíamos decir que este tema en Argentina no era un problema, pero estaba tan estudiado y cuando empezamos a investigar resulta que nuestro país es uno de los que tienen altas tasas de matrimonio y convivencia infantil”, aseguró a Télam la presidenta de FEIM, Mabel Bianco.

“En muchos lugares, cuando la chica queda embarazada se tiene que casar por presión de la familia y la sociedad, pero esto es algo que ellas no eligieron”, subrayan.

Para esta activista y coautora del informe “Situación del Matrimonio o Convivencia Infantil en Argentina”, se trata de una problemática que “merece ser estudiado para adoptar políticas públicas más ajustadas” a esta realidad.

Según el último censo de población, casi 342.000 adolescentes entre 14 y 19 años conviven con una pareja con la que están legalmente casados o bajo un vínculo de hecho, y las mujeres que están en esa condición duplican a los hombres “constituyendo una evidencia de la desigualdad de hombres y mujeres”.

Pero cuando se pone el foco solamente en los adolescentes que han contraído matrimonio legal, por cada hombre hay casi tres mujeres: 6.938 contra 17.553.

“Ya sea esta convivencia aceptada o forzada, constituye una violencia que experimentan estas niñas y que conlleva una violación de sus derechos humanos”, dice el texto.

Es que, cuando ingresan tempranamente en la convivencia, las adolescentes se ven forzadas a abandonar la escuela o actividades recreativas y deportivas; reciben una alta carga de trabajo doméstico no remunerado; experimentan la pérdida de algunos vínculos; se ven más expuestas a la violencia; como así también a la maternidad precoz y no elegida, o a las infecciones de transmisión sexual.

El informe pone al descubierto también que la diferencia de edad suele separar a estas niñas-adolescentes de la pareja conviviente, dado que las chicas son superadas por una media de entre 15 y 20 años por sus maridos o concubinos, mientras que, cuando son menores a sus parejas, los adolescentes varones sólo lo son por entre 5 y 10 años.

“Esto hace que las chicas sean más vulnerables, a medida que aumenta la diferencia de edad, a la violencia. Y al cotejarlos con los datos de la OVD de la Corte, vemos que la gran mayoría de las chicas que concurrieron a hacer denuncia estaban concubinato con el agresor y la diferencia de edad era de 15 a 20 años”, dijo.

El informe señala que el matrimonio y la convivencia adolescente es un fenómeno “multicausal” y entre los factores que lo explican menciona las siguientes: escaso nivel de escolaridad, falta de educación sexual y de acceso a métodos anticonceptivos, pobreza, pautas culturales y falta de oportunidades para el desarrollo personal.

“La pobreza y la violencia que viven con sus familias de origen, hacen que muchas chicas prefieran salir a una convivencia para escapar de esa situación, sin saber que van a caer en otra quizás peor”, explicó Bianco.

Las pautas culturales son otra causa importante cuando siguen asociando embarazo y maternidad con convivencia.

“En muchos lugares, cuando la chica queda embarazada se tiene que casar por presión de la familia y la sociedad, pero esto es algo que ellas no eligieron -como muchas veces tampoco el embarazo- y no necesariamente es lo mejor”, agregó.

Alrededor del 16 por ciento de todos los nacimientos que ocurren por año en el país corresponden a madres menores de 20 años, casi el 7 de cada 10 de esos embarazos fueron no planificados y el 64 por ciento de las madres de 19 años o menos, viven con su pareja.

Además, en algunas zonas del interior postergado, todavía sigue dándose el caso de niñas que son entregadas a un hombre o familia con recursos “para que se la críe” en una gran urbe.

“Se dice así porque está el compromiso de alimentarlas y mandarlas a la escuela, pero se sabe que también la van a hacer trabajar como empleada doméstica, siendo además muchas veces víctima de abuso por parte de uno o más miembros de la familia”, explicó.

“Otras veces, quien se la lleva es un hombre solo que luego mantiene a la chica y a su familia. Es una forma de convivencia forzada pero nadie denuncia porque a todos conviene”, dijo


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