Heladera social: “Hay gente solidaria y es tiempo de demostrarlo”

El gestor de la propuesta es el dueño de un pequeño local gastronómico.

“Acá hay gente que tiene la necesidad básica de alimentarse, aquellos que no todos los días tienen un plato de comida. Siempre aparece alguien preguntando si hay algo que sobre. Hay a quienes les molesta, pero en mi caso tengo un margen de mercadería que queda. No son sobras, son porciones en perfecto estado que las envaso y guardo en la heladera durante tres días esperando a quien las necesite, por supuesto en forma gratuita”, resaltó Darío Fernández, dueño de un pequeño local gastronómico en la zona sur de la ciudad y gestor de la propuesta “heladera social”.

Entre sus “clientes habituales” graficó que “cotidianamente vivo este tipo de situaciones, donde aparecen vecinos de las tomas con sus chicos, jóvenes que se quedaron sin empleo por la estacionalidad y también hombres y mujeres mayores”.

Pidió que haya “muchas heladeras solidarias en El Bolsón. Lo que busco con esto es hacer un click en la cabeza del comerciante, quien tiene todos los medios y las normas higiénicas para elaborar. Alcanza con tres o cuatro viandas que aporte cada uno por día”.

No obstante, rechazó la alternativa de recibir comida de terceros: “Han venido vecinos para ofrecer su comida y sumarla a esta heladera, pero si alguien me trae un pollo, no se cómo lo cocinó. Si alguien se enferma, a mí me clausuran el local”, argumentó.

“Vienen días difíciles”

Desde su óptica, “la necesidad se nota más desde hace cinco meses, pero también existía hace 20 años. Ahora seguramente se marca un poco más por la falta de trabajo y los ajustes que ya estamos viviendo, aunque también sé que hay gente solidaria y es tiempo de demostrarlo porque se vienen días difíciles”.

En respuesta a “los vivos de siempre que se puedan aprovechar de esta oportunidad”, Fernández se limitó “a los dos carteles que tengo en la entrada de mi local, donde remarco que la comida es para quien la necesite. Me ha tocado gente que leyó y se fue, parece que mucha necesidad no tenía”.

Ante la repercusión que tuvo la iniciativa en las redes sociales, aclaró que “no fui yo quien lo publicó, pero me sorprendió la difusión que tuvo rápidamente”.

El protagonista del proyecto estudió gastronomía en Capital Federal y hasta que volvió a El Bolsón trabajó como chef en Ushuaia.

Recordó que la “heladera social” nació en Tucumán “con tres dueños de restaurantes ante la necesidad de gente que no tiene para comer y se obligada a buscar restos en los tachos de basura. Luego se trasladó a Buenos Aires y a otras provincias grandes”.

En su caso, hace un mes comenzó con la propuesta en “Chiabatta, pequeño bar que cocina”, ubicado en avenida San Martín y Solminiac.

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