Las series que mejor se oyen

Ver una buena historia ya es un regalo de la programación, pero que además sea un placer su banda sonora no tiene precio.

“Big little lies” es una de las mejores producciones de este año televisivo. Las actuaciones de todas las mujeres que forman el elenco son para aplaudir de pie (desde la increíble Nicole Kidman, que pese al botox logra darle todos los matices posibles a su sufrida Celeste, a la adorable Zoe Kravitz). Pero la serie ya terminó y ahora sólo queda esperar una segunda temporada. Lo bueno
–porque lo hay– es que nos queda la música.

Toda –absolutamente toda– la banda sonora de esta serie es para atesorar. Desde ese comienzo en el que suena “Cold little heart”, de Michael Kiwanuka, un cantante de soul británico que fue número uno en su país pero apenas se había escuchado afuera, hasta el último acorde de “You can’t always get what you want”, el tema de los Rolling Stones en versión de Ituana, con el que cierra esta historia.

Para los que se arman listas, la de esta serie es imprescindible. La música se vuelve visceralmente poderosa porque ilustra el papel de la música en la vida de los personajes. Y ahí están la furia de “Silver trembling hands” de Flaming Lips o el dolor de “Straight from the heart” de Irma Thomas y todas las demás.

Un aplauso para Jean-Marc Vallée, el director, que además de pensar en las imágenes y la actuación nos dejó el sonido para seguir viajando a esa playa californiana donde transcurre la serie y donde las pequeñas mentiras se transforman en una enorme historia.

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