Intensa, y tensa, jornada en la estación aérea

La importante nevada del viernes dejó al descubierto algunos de los déficits de los servicios en Bariloche. La reanudación de los vuelos permitió descomprimir en parte los reclamos.

La reactivación del aeropuerto local luego de casi 36 horas de parálisis fue uno de los datos salientes en la lenta normalización de la ciudad, que colapsó el viernes con una nevada sin antecedentes en las últimas dos décadas.

La terminal de ómnibus también funcionó a pleno, pero los servicios se cumplieron sin horarios. De madrugada la ruta de acceso estuvo cortada y en algunos casos el tramo Neuquén-Bariloche generó demoras de hasta 12 horas.

Los problemas de transporte urbano, las veredas con hielo y los cortes de luz generaron también numerosos contratiempos y quejas de los turistas. El municipio tomó las denuncias y definirá a partir de hoy los pasos a seguir.

El cerro Catedral recibió a miles de esquiadores y peatones y suplió la falta de energía de red con generación propia. El teleférico Cerro Otto se puso en marcha cerca del mediodía, con todos sus servicios disponibles, y también registró alta demanda.

Excursiones suspendidas

Las excursiones lacustres, en su mayoría, se mantienen suspendidas desde el viernes.

El secretario de Turismo, Marcos Barberis, dijo que la excursión a Tronador sigue interrumpida, pero los atractivos del cerro Otto que tienen acceso por el camino -como Piedras Blancas y el Centro de Esquí Nórdico- ayer estuvieron abiertos.

El presidente de la Cámara de Turismo, Daniel García, señaló que la nevada de casi 40 centímetros tomó “descuidada” a la ciudad y observó que los problemas del aeropuerto, los cortes de electricidad y las demoras en las rutas “son algo previsible en esta situación”.

A su juicio la ciudad “reaccionó bien”. Pero se mostró preocupado porque la empresa Aerolíneas Argentinas no garantice la reprogramación para los pasajeros que no pudieron volar en el día y horario contratado.

Muchos de ellos debieron pernoctar en la ciudad sin tenerlo previsto y a su propio costo.

Barberis admitió que tienen “unas diez denuncias” por abusos en tarifas hoteleras. Dijo que el intendente Gustavo Gennuso le pidió todos los antecedentes, aunque sin adelantar si habrá sanciones.

Barberis dijo que no existen penalidades previstas por la modificación inconsulta de las tarifas previamente informadas, y que la única acción posible sería “a través de Defensa del Consumidor”. El funcionario entendió que los casos de cobros abusivos se pueden atribuir a “la miseria humana” y que buscará “revertir esas prácticas”.

Gennuso también tiene previsto tomar contacto hoy con la Asociación de Taxis, ya que habrían sido muy pocos los autos que trabajaron el viernes y el sábado, durante las horas más críticas del temporal. Barberis dijo que en la noche del sábado “había demoras de más de tres horas” para conseguir un taxi, a pesar de que tienen mayor obligación que los remises porque constituyen un servicio público.

“Lo que estamos viviendo en Bariloche genera un impacto poco favorable para el destino turístico, en una temporada que se esperaba que fuese muy buena”.

Oscar Borrelli, gerente de teleférico de Cerro Otto

Pocas opciones para los visitantes

En las oficinas de Turismo también repercutió el enojo de la gente. Los empleados les informaron que la nevada había sido inusual y les aconsejaron aprovechar salidas “dentro de la ciudad, como museos o el shopping”. Las opciones no eran muchas porque el Museo de la Patagonia está cerrado los domingos.

Francisca, una turista de Buenos Aires, había llegado el sábado acompañada de su esposo y dos pequeños hijos, con quienes recorrió la calle Mitre en plan de compras. Dijo que consumieron chocolate y se probaron ropa de abrigo, pero no compraron. Las prendas les parecieron “buenas, pero muy caras”.

Dionisio y Elena, una pareja de brasileños, dijeron estar encantados con la nevada. Se sacaron fotos en el Centro Cívico y la Costanera y piensan subir recién hoy al Catedral.

El aeropuerto recibió el primer vuelo de la jornada a la 1.54, cuando un servicio de Latam “reestrenó” la pista luego de las tareas de limpieza que demandaron casi dos días. A esa hora la temperatura era de 15° bajo cero.

Luego bajó un avión de Austral a las 3.53 y a lo largo de la jornada el movimiento de ingresos y partidas fue incesante. Hasta las 19 habían arribado 22 vuelos, incluidos dos chárter directo desde San Pablo, de la Latam.

Felicitas Castrillón, del área Institucional de Aerolíneas Argentinas, dijo que la reubicación de los pasajeros se había complicado por la época del año, ya que el índice de ocupación de los vuelos es superior al 80%. Señaló que un número importante había aceptado el reintegro del dinero y unas 400 personas esperaban la reprogramación. Según el sistema de la empresa aérea, recién había asientos disponibles con esperas de cuatro a siete días.

Según Castrillón, aplicaron “toda la buena voluntad posible”, aunque admitió que hubo innumerables reclamos de pasajeros enojados. Ayer en el aeropuerto hubo escenas de fuerte tensión. Las demoras fueron de varias horas, agravados por embarques fallidos y precios de comida y bebida inaccesibles.

Aerolíneas intentó llegar en la madrugada a Bariloche con un Airbus con capacidad para 350 pasajeros, pero el avión no pudo aterrizar porque había áreas de la plataforma que estaban congeladas y fue imposible mover a los aviones allí aparcados.

Datos

“Lo que estamos viviendo en Bariloche genera un impacto poco favorable para el destino turístico, en una temporada que se esperaba que fuese muy buena”.

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