Un ojo gigante en el cielo de Chile para hallar un planeta que sea habitable

El telescopio óptico e infrarrojo más grande del mundo será operable a partir del 2024. Científicos esperan que su utilización revolucione la Astronomía como lo hizo Galileo hace 400 años.

En pleno desierto de Atacama, Chile, un cerro aguarda la construcción del mayor telescopio óptico e infrarrojo del mundo. Con un cristal de 39 metros de diámetro, casi la mitad de un campo de fútbol, el Extremely Large Telescope (ELT) será el “ojo más grande” para observar el cielo desde la Tierra.

Con él se avanzará en la búsqueda de posibles planetas habitables o en la investigación de la materia oscura y de los agujeros negros.

El cerro Armazones se encuentra a unos 130 kilómetros al sur de Antofagasta. Hace dos años se voló el pico de la montaña para allanar el terreno que acogerá esta ambiciosa obra de ingeniería: una cúpula de 80 metros de alto capaz de sostener un enorme espejo que rotará para seguir el movimiento de las estrellas.

El próximo 26 de mayo se pondrá la primera piedra y se espera que en noviembre de 2024 el telescopio quede inaugurado, o como dicen los astrónomos, vea su primera luz.

El responsable de este gran proyecto es el Observatorio Europeo Austral (ESO), una de las principales instituciones astronómicas del mundo. Formado por 15 países europeos –entre ellos España– y Brasil, este consorcio es responsable de otros importantes telescopios ubicados en Chile, como el interferómetro ALMA o el Very Large Telescope (VLT).

“Es curioso que este telescopio pueda ayudarnos a encontrar evidencias de vida en otros planetas desde uno de los lugares más inhóspitos del mundo, el desierto de Atacama”, explicaba recientemente en Madrid el director general de ESO, Tim de Zeeuw.

El espejo del Telescopio Extremadamente Grande será cinco veces mayor que los telescopios actuales más avanzados –de entre ocho y diez metros– y podrá captar 13 veces más luz que ellos, por lo que las imágenes serán mucho más nítidas.

Uno de sus objetivos será buscar planetas que puedan albergar vida fuera del Sistema Solar, como el sistema Trappist o Próxima b, descubiertos recientemente. Con su gran capacidad, el ELT mostrará imágenes más grandes e incluso podría permitir medir directamente las propiedades de las atmósferas de esos planetas.

Actualmente está en marcha una “carrera” por encontrar el primer exoplaneta habitable, algo que según De Zeeuw podría suceder en la próxima década.

Ese pedazo de Chile es idóneo para instalar el ELT gracias a la corriente de Humboldt. Esta corriente oceánica hace que la zona siempre esté libre de nubes, pues estas se quedan sobre el Pacífico o al otro lado de los Andes. Gracias a ello, en el desierto de Atacama el 90 por ciento de las noches son despejadas y propicias para hacer observaciones.

En total el ELT contará con cinco espejos. El más grande, el espejo primario de 39 metros, estará formado por casi 800 segmentos hexagonales de 1,4 metros metros de diámetro que deben ensamblarse a la perfección. ¿Por qué hacerlo de esa manera? “Nadie sabe cómo fabricar un espejo de ese tamaño de una sola pieza. Pero incluso si se lograse, no sería posible transportarlo”, expone De Zeeuw.

Este astrónomo holandés ha sido el encargado de conseguir los 1.100 millones de euros (1.200 millones de dólares) necesarios para financiar el ELT en plena crisis económica.

Lograrlo fue “un ejercicio muy interesante” que implicó llegar hasta el nivel político, reconoce De Zeeuw.

El germen del ELT se remonta a finales de los años 90, cuando en el Observatorio Europeo Austral alguien se preguntó si se podría construir un telescopio de 100 metros de diámetro. El coste de semejante aparato se disparaba hasta los 3.000 o 4.000 millones de euros, así que se rebajó la ambición hasta los 39 metros.

Dimensiones

“El salto entre los telescopios que tenemos ahora y el ELT es casi tan grande como entre el ojo de Galileo y su telescopio”.

Tim de Zeeuw, director del Observatorio Europeo Austral

Otros megaproyectos

En Estados Unidos hay dos iniciativas que compiten para conseguir fondos públicos.

Una de ellas es el Telescopio de Treinta Metros, impulsado por el Instituto de Tecnología de California (Caltech) y que pretende instalarse en Hawai.

La otra es el Telescopio Gigante de Magallanes, desarrollado por la Institución Carnegie para la Ciencia y que también se construirá en Chile.

Datos

39 metros
de diámetro tendrá el espejo principal del telescopio cuya obra civil espera concluirse para el 2018.
“El salto entre los telescopios que tenemos ahora y el ELT es casi tan grande como entre el ojo de Galileo y su telescopio”.

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