“La energía renovable provoca diez veces más empleo que la energía nuclear”

Lo planteó el padre Luis García en la asamblea popular en la Catedral, donde ya se organiza una marcha contra la central nuclear en Río Negro.

Otra multitudinaria asamblea popular en la Catedral convocada para expresar el rechazo a la instalación de una central nuclear en la costa atlántica rionegrina, desembocó en la organización de una marcha prevista para el 9 de agosto próximo en conmemoración de un nuevo aniversario de la bomba en Nagasaki. En esa concentración se intentará sumar a manifestantes de distintas partes de la provincia y del país que apoyen la negativa al emprendimiento.

Diversas voces se expresaron en el marco de la jornada propuesta por la Pastoral Social y el párroco Luis García.

Hubo referentes que llamaron a, además de organizar marchas y movimientos culturales, activar mecanismos institucionales, jurídicos y políticos para rechazar la idea de los gobiernos nacional y provincial. Se propuso insistir ante las autoridades para que se concrete una consulta popular y también dar intervención a la Justicia para que se manifieste sobre el proyecto.

Unas 300 personas llegaron ayer a la Catedral con fuertes posicionamientos sobre el proyecto oficial de instalar un planta de esas características en cercanías de Viedma.

El padre Luis García abrió el encuentro planteando las novedades sobre el proyecto y resaltando un informe de Greenpeace que da cuenta de que “la energía renovable provoca diez veces más empleo que la energía nuclear que además es la más sucia de todas”.

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Se explicó que la fecha del 9 de agosto se relaciona con un nuevo aniversario de las bombas nucleares de Hiroshima y Nagasaki. “El aparato del gobierno ya está instalando lo positivo de la idea, por eso tenemos que nacionalizar el tema”, sostuvo Amanda, una de las organizadores.

Además, se escucharon voces preocupadas por ciertas expresiones de desazón y de que la cuestión ya está cerrada y es imposible revertirla, por lo que se propuso profundizar las acciones de rechazo.

“Los organismos de Ambiente se preocupan por una casa de barro en Bahía Creek y no por este mamotreto que se piensa crear en un paraíso”, indicó Lucía, una docente que tomó el micrófono.

Muchos hablaron de los riesgos por posibles errores humanos o catástrofes naturales y hubo quien destacó que la idea de instalarlo en inmediaciones de Pozo Salado y Caleta de los Loros, a unos 130 kilómetros de Viedma, se debe a la cercanía con el mar, las rutas y el ferrocarril.

“Ya nos pasó cuando se anunció el traslado de la capital a Viedma, van a venir miles de personas para la construcción y una vez terminada ¿los vamos a echar?”, sostuvo Wálter quien dijo no estar sólo preocupado por lo ambiental sino también por lo social y por la infraestructura urbana que no dará abasto.

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Docentes impulsan desarrollar acciones en las escuelas de cada barrio, en los espacios comunitarios y a través de los centros de estudiantes. También se convocará a proyecciones de documentales en el cine local desde el miércoles próximo. Mientras tanto, se sigue con la recolección de firmas en formularios que se distribuyen en la Pastoral Social y se continúa con la difusión de las actividades mediante una página de Facebook denominada No a la Central Nuclear en la Patagonia.


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