La profesora que se convierte en los ojos de sus alumnos

Es habitual cruzarla por las calles de Viedma, explicando el camino o detallando el entorno para que sus alumnos puedan guiarse.

Se llama Carina Noemí Aman. Tiene 36 años. Todos los días. maneja alrededor de 45 minutos, desde la zona rural de Patagones a Viedma, para llegar a su trabajo en la Escuela Nº 7. Allí, Carina les enseña a niños y adolescentes con pérdida de visión o que padecen ceguera, a desenvolverse de manera independiente en su entorno cotidiano.

Carina es profesora, pero la verdad es que trabaja de ser los ojos de otras personas. No es raro verla recorrer las calles de Viedma, enseñándole por ejemplo a un joven el mejor camino para llegar a la universidad.

A medida que avanzan, ella le describe el entorno y da detalles que pueden serle útiles.

La profesora estudia y evalúa el trayecto más favorable y lo traduce al joven, para que él pueda usarlo a la hora de orientarse.

Este, sin embargo, es sólo el aspecto práctico y más evidente de lo que esta profesora hace de lunes a viernes.

Del otro lado queda su odisea en las aulas de colegios primarios y secundarios. Donde sea que se necesite de su ayuda, Carina va. Sus alumnos confían en ella.

Nacida cerca de Villalonga (Buenos Aires), Carina se formó en Bahía Blanca, en profesorado EGB, Inicial y Educación Especial, especializada en ciegos. Desde el 2005 vive en la región.

En Viedma, trabaja como maestra de apoyo en la inclusión, en la Escuela Nº 7, en ambos turnos.

“Yo me muevo en todas las instituciones donde los alumnos con esta discapacidad están incluidos, en todos los niveles. Desde jardín maternal hasta universitarios”, comenta.

Ser los ojos de otras personas significa, además, tratar de solucionarles todo tipo de problemas o dificultades.

“Hay que ponerse en el lugar del otro”, explica esta profesora que hoy acompaña el proceso de aprendizaje de 13 alumnos.

“Este trabajo implica mucho trabajo corporal, sobre todo cuando se trata de niños pequeños. Después, cuando son más grandes, en el día a día te van asombrando las capacidades y todo lo que pueden aprender”, relata Carina.

Las barreras

Pero no es un camino sencillo. Hay que atravesar algunas barreras. “Lo más difícil es la falta de aceptación por parte de las familias. Eso hay que trabajarlo mucho”, explica

Con especto a las edades, Carina sabe que “cuesta cuando el niño es pequeño, pero una vez que eso está encaminado, los logros son contínuos”.

“Nosotros lo que hacemos es, paulatinamente, ir dándole herramientas para que esa persona logre hacer una vida totalmente normal. Es díficil hasta que la persona se abre a eso (si es alguien que está perdiendo la visión), o que la familia pueda abrirse a que nosotros podamos brindarle herramientas”, narra.

Con los alumnos grandes, explica, “el tema es saber escuchar; escuchar la necesidad de ese alumno o esa alumna; qué es lo que él o ella necesita aprender. Y por ahí es donde vamos”, detalla.

“Todo el tiempo tenés que estar buscando soluciones y de encontrar maneras nuevas. Y si no existen, tratar de inventarlas para darle una respuesta a la necesidad de esa persona”, concluye la profesora que seguirá laboriosa y silenciosamente por las calles de la ciudad o en las aulas de los colegios, ayudando a sus alumnos, a encontrar la mejor manera de transitar su propio camino.

“Todo el tiempo tenés buscar soluciones. Y si no existen, inventarlas para dar respuesta a la necesidad de esa persona”

Carina Noemí Aman profesora de educación especial.

Los límites de la burocracia y la jurisdicción

Carina lamenta los límites existentes a la hora de ayudar a sus alumnos. Obstáculos que sólo tienen que ver con aspectos burocráticos o de jurisdicción.

“Nosotros, como institución tenemos el campo reducido. No podemos salir de la ciudad. Nos pasa que muchos de los alumnos son de Patagones pero no podemos cumplir con su movilidad desde o hasta su hogar por una cuestión de jurisdicción: todo debe ser dentro de la ciudad de Viedma, pero nosotros trabajamos el entorno escolar más el del hogar del niño o el de los lugares que frecuenta para que tenga autonomía y pueda ir creciendo en ese aspecto”, relató la profesora.

Triste realidad para personas que son vecinas de la comarca, y que se ven limitadas por normas que exceden a sus posibilidades.

Datos

“Todo el tiempo tenés buscar soluciones. Y si no existen, inventarlas para dar respuesta a la necesidad de esa persona”

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