Campanario, una zambullida al paisaje barilochense

Desde hace décadas es uno de los paseos a la naturaleza más accesibles y tradicionales de Bariloche; sin embargo sigue siendo el dueño absoluto de una de las vistas panorámicas más impactantes del mundo.

“He viajado mucho. He visto muchas cosas pero esto es maravilloso. Desde Colombia viajamos a conocerlo, estoy segura que regresaremos pronto”. Así fue el mensaje que Keny dejó el 2 de mayo pasado tras su visita al cerro Campanario.

El mensaje se puede leer en un libro que descansa sobre un atril de prolija madera barnizada, en el interior de la confitería, ubicada en la cima del cerro. Desde ese lugar, la vista panorámica es imponente. Los mensajes de turistas de todo el país y del exterior se cuentan por decenas.

Para llegar hasta ese punto privilegiado se puede ascender por la aerosilla que nace en la base del complejo, a la altura del kilómetro 17,500 de la avenida Exequiel Bustillo, a la salida de una curva pronunciada.

El complejo está emplazado en un entorno natural único. El visitante puede llegar hasta ese punto de la zona oeste de Bariloche en vehículo o en el servicio de transporte público de pasajeros. La línea 20 de la empresa Santa Fe que une el centro de esta ciudad con la zona de Llao Llao deja al visitante a pocos metros del acceso al complejo.

El ascenso por la aerosilla tiene un costo de 150 pesos por persona y en el caso de los niños de entre 6 y 12 años se aplica un 50 por ciento de descuento. Los chicos menores de 6 años suben gratis. Para los residentes está vigente un 50 por ciento de descuento, con sólo acreditar el domicilio en Bariloche.

Remontar el cerro Campanario tiene una duración de unos 7 minutos. La aerosilla se abre paso en medio de una abundante vegetación que deslumbra al turista. Es un viaje donde se percibe una mezcla de aromas que brotan de las plantas y árboles apostados en el trayecto.

Hay carteles de madera que identifican cada planta y árbol que acompañan el ascenso por una ladera del cerro Campanario.

Allí, está el pehuén, el maitén, radal y chaura, el pañil, reina mora y calafate. Cada especie sorprende por su forma y colorido.

Los cipreses que emergen a los costados del recorrido se alzan altivos frente a unos pocos pinos que intentan ganar espacio.

También se puede ascender caminando por un sendero serpenteante. La caminata demanda como mínimo treinta minutos a paso firme y sin descanso.

El final del viaje en aerosilla deja a los visitantes con la boca abierta. La belleza que se observa desde la cima del cerro Campanario, a 1.049 metros sobre el nivel del mar, estremece. Sorprende. Es una sensación única porque la naturaleza se muestra imponente. El azul intenso de los lagos Nahuel Huapi y Moreno Este y Oeste y la belleza de los cerros ofrecen un cuadro espectacular. Irrepetible.

No es casual que la revista National Geographic destacó la cumbre del cerro Campanario como una de las vistas panorámicas más impactantes del mundo. El lugar transmite una tranquilidad que relaja el alma.

La confitería

A pocos metros de la plataforma donde finaliza el recorrido de la aerosilla, se encuentra la confitería del cerro Campanario. Apenas el visitante abre la puerta, los ventanales orientados hacia el oeste permiten apreciar la magia formidable de la cordillera de los Andes. Esa pared natural sobre la que reposa el sol al caer la tarde es una de las postales que ofrece el cerro Campanario.

En su cumbre Monseñor De Andrea ofició el 2 de febrero de 1930 una misa de campaña y erigió una cruz con una leyenda.

La idea de emplazar una aerosilla en ese lugar surgió cuando se construía el refugio Lynch en el cerro Catedral. Los responsables de esa construcción advirtieron que en esa cumbre había un potencial turístico y soñaron desarrollarlo. Por esos años, eran pocos los turistas que venían a Bariloche.

La familia Jerman se asoció con las familias Ovrum y Flere para impulsar el proyecto. “La idea original era hacer una confitería giratoria”, cuenta Roberto Zunino, que trabaja desde hace 18 años en ese lugar. Hoy, los descendientes de esas familias conservan el emprendimiento comercial.

En 1968 comenzó la construcción de la aerosilla. Se levantaron decenas de columnas y se tendieron los cables de acero. El medio de elevación tiene una extensión de 600 metros. Y en 1972 se inauguró la confitería. Bariloche incorporaba otro atractivo turístico.

Los primeros años fueron complicados porque era muy poca la afluencia de turistas. Con el paso del tiempo, el paseo por el cerro Campanario se consolidó y hoy es un lugar de paso obligado para llevarse numerosas postales y recuerdos de vistas maravillosas.

La aerosilla

de fácil accesibilidad

La confitería conserva

su encanto original

“Esto es maravilloso. Muito lindo, mucha naturaleza. La vista que tienen los ventanales de la confitería es única”.
Michel Aquino, de 26 años, oriundo de San Pablo, Brasil.

“Es hermoso… el paisaje, el lago, la montaña, los colores. Estoy fascinado, llegué por primera vez a Bariloche hace unos días con un grupo de amigos y queremos ver nieve”.

Jefferson, viene de San Pablo, Brasil, y esta en su primera visita a Bariloche.

“Hace treinta años que no venía a Bariloche. Ha crecido muchísimo. Este lugar es tan bello y te transmite una paz y tranquilidad única”.
Ana, turista de la

Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Precios

Datos

La línea 20 de la empresa Santa Fe que une el centro de Bariloche con la zona de Llao Llao deja al visitante a pocos metros del complejo.
Remontar el cerro Campanario tiene una duración de unos 7 minutos.
Durante el ascenso, carteles de madera identifican los árboles del bosque. Al llegar a la cima, a pocos metros está la confitería.
La confitería conserva mesas y pisos originales y la barra de ciprés es la misma desde el primer día que abrió sus puertas. Hay columnas de pino Oregon quemado talladas que le dan un toque especial al lugar con una capacidad para 50 personas. Los recuerdos están en cada rincón. Por ejemplo, una pared de la barra está tapizada de billetes de numerosos países.
“Es hermoso… el paisaje, el lago, la montaña, los colores. Estoy fascinado, llegué por primera vez a Bariloche hace unos días con un grupo de amigos y queremos ver nieve”.
es lo que cuesta el ascenso en la aerosilla; los niños de 6 a 12 años pagan el 50%, igual que los residentes.
$ 160
es el valor de una pizza de mozzarella en la confitería; la hamburguesa, $ 90.
$ 40
se paga en la confitería por el porrón de cerveza y por una porción de torta $ 60. Un chocolate sale $ 50 y un café $ 30.
$ 150

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