Una cebolla tendría las virtudes del viagra

BUENOS AIRES (ABA).- Un tipo especial de cebolla que se cultiva en el sur de Italia tendría el principio activo del Viagra, según una investigación que está llevando a cabo en Argentina el médico Pasquale Potenza, quien nació en Calabria y reside hace 38 años en Caseros, provincia de Buenos Aires.

El tema se está manejando con suma cautela por sus descubridores ya que aún no están dadas las condiciones ni las especificaciones necesarias para que sea difundido. «No sería serio dar a conocer una información que todavía no fue presentada a la comunidad científica», deslizó a «Río Negro» el científico Potenza, quien por razones profesionales prefirió no adelantar datos ni puntualizar acerca de su posible descubrimiento.

Sin embargo, fuentes cercanas al científico aseguraron a este diario que la investigación está bien encaminada y que en los próximos meses podría darse a conocer el hallazgo.

 

Un experiencia de seis meses

Hasta el momento lo que se pudo confirmar es que la cebolla contiene óxido nitroso (NO), que es el principio activo del Viagra. Lo que resta saber es en qué forma está presente. El NO es un material muy lábil que puede cambiar con facilidad y ser metabolizado de diferentes maneras a nivel del organismo. Esto significa que el cuerpo lo puede interpretar de diferentes maneras. Si el NO llegara a estar en forma activa, habría que verificar la concentración y qué tan efectivo es. Para eso se debe realizar un «doble ciego».

Esto es una método científico mediante el que se experimenta sobre 50 personas. A todas se les da una pastilla. Sin embargo, sólo la mitad de esa gente ingiere la droga, ya que las otras personas toman la pastilla pero la misma no tiene la droga. Esto se hace para evitar que los efectos sean psicológicos. La experimentación se realiza a lo largo de seis meses y se necesitan unos 500 kilos de esta cebolla.

 

¿De qué cebolla estamos hablando?

La hortaliza en cuestión no es la típica que se conoce en la Argentina. Se trata de «la ci

polla rossa di Tropea». El nombre se debe a que se cultiva en Tropea, una ciudad del sur de Italia, ubicada en la región de Calabria. La cebolla es roja, redondeada, pesa alrededor de 100 gramos y se cosecha en abril, mayo, junio y julio. Según los investigadores, «sólo se consigue en un nicho único en el mundo».

Se trata de una región protegida, denominada De Origen Controlado (DOC). En ese lugar no se puede cultivar otra cebolla similar sino que debe plantarse exactamente la misma.

Para tranquilidad de sus los potenciales consumidores, la cebolla tiene la particularidad de que no es amarga sino dulce, no provoca lagrimeo y, además, en el momento de confirmarse el escubrimiento, la misma sería presentada en pastillas.

 

Que nada se filtre, quieren asegurarse

Potenza no quiso explayarse sobre tema porque la investigación todavía está en una fase experimental. Sin embargo, la información se filtró porque un periodista cercano al médico dio a conocer en Italia datos que obtuvo en confianza y que el científico aún no tenía planificado difundir.

La noticia fue publicada por la agencia AGI y provocó que la prensa de Italia, Canadá, Francia y otros muchos lugares del mundo se impacientaran por saber más acerca del posible descubrimiento.

En la intimidad, Potenza, de 58 años, desliza que prefiere no dar detalles sobre su descubrimiento por temor a que en el Viejo Continente alguien acerque la investigación al la Comunidad Europea y le «roben» un trabajo que le llevó siete años elaborar. Como sucede habitualmente en la Argentina, una de las cuestiones que más complicó el avance de la investigación es la falta de medios económicos con lo que se cuenta el país.

En cuanto al Estado, la investigación no resulta de interés porque la cebolla no es de origen nacional. «En Europa se dispone de muchos más dinero y tecnología para desarrollar la investigación. En Argentina, en vez de ir en auto vamos en bicicleta. Acá sobra la inteligencia pero faltan los medios. Sólo trabajamos los científicos apasionados», enfatizó Potenza.

Juan Ignacio Pereyra

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