Neuquinos integraban una superbanda que cayó en San Juan

Son condenados que se habían fugado. Uno de ellos sería Aguilera de la Hoz. Cometieron un asalto comando.

NEUQUEN- Una superbanda integrada por delincuentes de varias provincias, entre ellos evadidos de cárceles neuquinas, está acorralada por la policía de San Juan. Algunos de sus miembros fueron detenidos después del asalto comando a un banco, y se espera atrapar al resto muy pronto. Una comisión policial de esta provincia viajó a Cuyo para prestar apoyo en la investigación.

Se cree que entre los miembros de la superbanda está Eduardo Aguilera de la Hoz, el asesino del chofer José Ibacache que escapó de la comisaría en la cual cumplía una condena a 17 años de prisión. Dar con su paradero es la principal obsesión de la nueva Plana Mayor de la Policía neuquina.

El presunto cabecilla de la organización es un cordobés, Leonardo Acosta, que tendría fuertes vinculaciones políticas y que estuvo radicado mucho tiempo en Cipolletti. Su lugarteniente es Omar Sastre, otro evadido de las cárceles neuquinas, condenado por robo con armas.

La peligrosa organización es prácticamente la misma que había sido desmantelada hace dos años. Sus integrantes fueron a prisión, los condenaron pero lograron escapar y se reorganizaron. Demuestran una notable capacidad para cometer grandes atracos, evadir controles policiales y obtener documentación nueva que les permite circular en distritos donde sus rostros son casi desconocidos.

La banda recibió un duro golpe el lunes pasado, luego de asaltar el Banco Provincia de San Juan en la capital de la vecina provincia. «Río Negro» pudo reconstruir la trama consultando fuentes aquí y en Cuyo.

Ocurrió a las 8 de la mañana en la sucursal instalada en un shopping junto a la Avenida del Libertador. Al menos seis delincuentes, al estilo comando, se alzaron con 82.000 pesos en pocos segundos y sin un disparo. Luego escaparon en dos automóviles, un Fiat 128 y un Peugeot 504.

La Policía sanjuanina realizaba las primeras investigaciones cuando se presentó una joven a denunciar que le habían robado su Fiat 128. Por las características que suministró, era el mismo que habían utilizado los asaltantes.

Para algunos policías, en determinados casos el denunciante es el primer sospechoso. Así fue en esta ocasión; la joven fue interrogada a fondo, cayó en algunas contradicciones y terminó confesando que había actuado en complicidad con la banda. Dijo que les había prestado el auto a cambio de mil pesos, y como parte del acuerdo debía presentarse después del mediodía a denunciar que se lo habían robado.

Con otros datos aportados por la mujer la investigación tomó un rumbo más certero, y a las pocas horas ya había dos detenidos. Uno de ellos fue identificado como Leonardo Acosta, nacido en Córdoba pero radicado varios años en Cipolletti. De acuerdo con fuentes consultadas en San Juan, sería propietario de un aserradero y tendría llegada con ciertos sectores políticos de aquella provincia.

Acosta también fue empleado de un banco, donde aprendió todos los secretos relativos al depósito y custodia de caudales. Utilizó esos conocimientos para planificar el asalto.

El otro detenido es Omar Sastre, de 21 años, un antiguo conocido de la Policía neuquina que se evadió de la Alcaidía 11 del Parque Industrial el 2 de noviembre pasado.

El 6 de octubre anterior, Sastre había sido condenado a cinco años y ocho meses de prisión porque con otros dos sujetos nunca identificados asaltó un frigorífico de Senillosa.

En esa ocasión tomaron como rehenes a los empleados. Una mujer, desesperada por la situación, se arrojó por una ventana desde una altura de seis metros y sufrió graves heridas.

Un mes después, Sastre ingresó a robar a una vivienda pero un perro pastor inglés muy guardián lo mordió en una pierna y no lo dejó mover hasta que llegaron sus amos y lo descubrieron.

Con la detención de Acosta y Sastre la superbanda quedó desmembrada, pero aún falta dar con el resto de los integrantes. Se cree que entre ellos está Aguilera de la Hoz. Hay motivos poderosos para sustentar esta sospecha.

En 1998, después de asesinar al chofer Ibacache junto con su hermano Mario, Eduardo Aguilera de la Hoz recorrió varias provincias hasta que el 10 de diciembre lo atraparon en San Juan. Lo acompañaban dos neuquinos: uno era Sastre.

La Policía cree que la banda volvió a armarse dos años después. Los integrantes que permanecen prófugos tienen en su poder la totalidad del dinero robado y las armas empleadas para asaltar el banco.

Una red subterránea de protección

En la vivienda de Leonardo Acosta, uno de los detenidos por el asalto comando al Banco Provincia de San Juan, la Policía de aquella provincia encontró pruebas del alto nivel de organización de la banda: entre ellas, ropas como las que utilizan los cuerpos especiales de seguridad.

Según la información recogida por este diario, también había dinero, ropas de mujer y una motocicleta. En ese rodado habría sido vista la novia de Acosta merodeando por el banco asaltado.

Por otra parte, la Policía sospecha que los 82.000 pesos robados y las armas utilizadas fueron despachadas como encomienda hacia otra provincia. Trabajos de inteligencia permitieron detectar maniobras de la banda en San Luis, Santa Fe y Neuquén.

Las bandas interprovinciales, así como los movimientos migratorios internos de los delincuentes, no son fenómenos nuevos. Como ha informado «Río Negro» en reiteradas oportunidades, muchos asaltantes optan por actuar en otros territorios cuando se vuelven caras muy conocidas para la policía local.

Y así como existe un convenio de cooperación policial para intercambiar información, también está montada una red subterránea de ayuda entre los habitantes del submundo del hampa.

Con los contactos adecuados se consigue movilidad, armas y asaltos «llave en mano», es decir, todo el estudio logístico para un golpe.

También una nueva identidad. Cuando los hermanos Aguilera de la Hoz fueron detenidos en San Juan el 6 de diciembre del 98, tenían carnets de conductor con otro nombre, expedidos por un municipio de Entre Ríos.

Se cree que planificaban dar un golpe en la zona

La provincia se ha mantenido ajena, por ahora, a una modalidad delictiva que arrasa en otras partes del país: el robo comando a los bancos. Pero trabajos de inteligencia policiales permitieron detectar que se estuvo planificando un atraco de esas características.

Altas fuentes de la jefatura indicaron a «Río Negro» que se han acentuado los trabajos de prevención a partir de esos datos, recogidos en los últimos tiempos. La presencia de efectivos motorizados y fuertemente armados es parte del paisaje en el microcentro de la ciudad durante la mañana; son el equipo de seguridad bancaria.

A principios de diciembre, cuando extraños errores electrónicos hicieron que se dispararan cotidianamente las alarmas bancarias, fue posible constatar la rapidez de sus movimientos. Ahora la Policía cree que para ciertos ojos muy atentos no pasó inadvertido el despliegue.

«Creemos que el trabajo preventivo es bueno, pero no podemos descuidarnos», dijo una calificada fuente a este diario.

En este contexto, la detección de delincuentes neuquinos «pesados» operando en otras provincias fue tomado como alentador. «Aquí se están quedando sin espacios para actuar», dijo la fuente.


NEUQUEN- Una superbanda integrada por delincuentes de varias provincias, entre ellos evadidos de cárceles neuquinas, está acorralada por la policía de San Juan. Algunos de sus miembros fueron detenidos después del asalto comando a un banco, y se espera atrapar al resto muy pronto. Una comisión policial de esta provincia viajó a Cuyo para prestar apoyo en la investigación.

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