«Fracasados»

¿De qué se trata ser un futbolista exitoso? Probablemente, la respuesta incluya menos elementos futbolísticos que extrafut- bolísticos. Es mucho más sencillo saber cuándo se está ante un buen futbolista. Y aunque son dos cosas muy distintas, hoy el futbolista exitoso y el buen futbolista parecen sinónimos. Más aún, ya casi no se habla de buenos o malos futbolistas, sino de futbolistas exitosos y fracasados.

Bajo estas reglas, Ortega es un fracasado. Tanto, que ya ni siquiera juega. Tras llegar a Europa, fue de mayor a menor hasta terminar en Turquía. Y de ahí a la nada. De Valencia a las tardecitas bucólicas de Ledesma de estos días.

Mientras, ¿qué será de Riquelme? Aún está a tiempo de no ser un fracasado, aunque ya dio su primer paso en esa dirección: de Barcelona a Villarreal. Muchos ya se preguntan por qué le cuesta triunfar. Pero pocos se preguntan a qué lo hacen jugar. Al respecto, cabe una reflexión: a los efectos del éxito de un futbolista, éste siempre debe adecuarse a las exigencias de un técnico obstinado en hacerlo jugar al margen de sus virtudes. Y los aficionados, inexplicablemente solidarios con ese técnico, terminamos creyendo que Riquelme es un mal jugador por no aprender a moverse como un alemán. ¿Y qué ocurre con aquellos buenos futbolistas que no son siquiera pretendidos por Europa? Se dirá de ellos que nunca tuvieron vuelo futbolístico. Hoy, Bochini sería un fracasado. ¡Casi 20 años jugando en la primera de Independiente!

Pero no todo es tan lineal en el fútbol. Durante la temporada 97-98, jugó en Cipolletti un delantero que su mayor mérito había sido ser suplente en Huracán y que aquí andaba con el paso cambiado. Sobre el final del año, metió varias y se ganó algunos aplausos. Pero Cipo descendió y ese «9» se fue, como casi todos. Pero antes, escuchó desde la tribuna: '¡Fracasado!'; '¡Dejá de robar!','¡Estás de vuelta!', y cosas peores.

Con los años, aquel «muerto futbolístico» llegó a Europa. Jugó en equipos de media tabla de Portugal y España, hasta llegar al Sevilla. Y en el equipo andaluz, aquel «fracasado» vivió su tarde más gloriosa cuando, en el Nou Camp, Sevilla le ganó al Barça 3 a 0, con dos goles suyos. Fue en diciembre de 2002, muy lejos de la «Visera». Aquel punta era Mariano Toedtli.

El sigue en España, mientras Cipolletti va a los saltos por el Argentino A.

 

    Juan Mocciaro


¿De qué se trata ser un futbolista exitoso? Probablemente, la respuesta incluya menos elementos futbolísticos que extrafut- bolísticos. Es mucho más sencillo saber cuándo se está ante un buen futbolista. Y aunque son dos cosas muy distintas, hoy el futbolista exitoso y el buen futbolista parecen sinónimos. Más aún, ya casi no se habla de buenos o malos futbolistas, sino de futbolistas exitosos y fracasados.

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora