Pelea de municipales delante de los chicos

CIPOLLETTI (AC).- La Justicia determinará qué sucedió. Por ahora, las versiones son contradictorias, aunque ambas ponen de manifiesto situaciones violentas que habrían presenciado los chicos del Centro Infantil 4 de las 1.200 Viviendas, dependiente del municipio cipoleño.

Ayer, una empleada municipal denunció ante la Fiscalía que en dos oportunidades fue víctima de agresiones físicas por parte de compañeras de trabajo. Aseguró que uno de los ataques ocurrió «en presencia de mis compañeras, de la vicedirectora, y lo que es más grave, delante de los niños que allí asisten».

Mónica Barra dijo que hace unos días le llegó el telegrama de despido, sin motivo justificado.

Distinta es la versión oficial: un vocero municipal dijo que en el área de Acción Social hay un informe de la directora de la guardería, donde se desempeñaba esta mujer, que da cuenta de su «falta de disciplina». Precisó que la ex trabajadora habría «empujado» a compañeras suyas, que era «agresiva» y que «insultaba incluso en presencia de los chicos». Agregó que la última vez que asistió se retiró en horario de trabajo y no se presentó más. Por eso le dieron de baja.

Sea como fuere, lo grave es que en los dos relatos se habla de violencia delante de chiquitos de menos de cuatro años de edad.

Barra aseguró que fue empleada eventual del municipio durante cuatro años. Hasta el cambio de gobierno, se desempeñaba en la secretaría de Defensa Civil, como secretaria del área. En febrero de este año, «sin previa notificación», la destinaron al Centro Infantil 4. «Es ahí donde comienza mi calvario», expresó.

Dijo que desde el principio no fue bien recibida y que hasta su último día allí no fue aceptada por sus compañeras ni por la directora y la vice. «El hostigamiento fue contínuo. La falta de respeto, las risas irónicas y atropellos no cesaron».

Aseguró que el 13 de agosto la agredieron. Fue después de que se retirara del edificio el director de los Centros Infantiles, Tomás Del Ciotto, quien se había hecho presente para hablar con ella «debido a que llegó a sus oídos el hecho de la primera agresión» (le habían pegado «piñas en el estómago»). Cuando Del Ciotto se fue, una compañera la «empujó y tiró contra una pared». A raiz de lo sucedido, se retiró del lugar «con permiso avalado por la directora» y fue a ver a Del Ciotto, quien le dijo que no se presentara a trabajar luego del feriado. El 17 de agosto fue a su oficina y le comunicó que la iba a trasladar. «Me firma mi tarjeta reloj por la espera», dijo, mientras decidía el nuevo destino. Pero el 24, recibió el telegrama de despido.