Las claves de la balanza energética

Menos dependencia en la importación de combustibles y mayores exportaciones de gas achicaron la brecha. Sin embargo, el pasivo final se acumuló en sólo un mes y puse en dudas su sostenimiento.

Sin lugar a dudas, el gas fue el factor que cambió el rumbo de la balanza comercial energética en 2019, pero la menor importación de combustibles y petróleo también dijo presente.

La importación de combustibles y lubricantes se redujo el año pasado un 32,2% en volumen en comparación con el 2018. Mientras no hubo importación de petróleo, sólo la compra de gasoil al exterior tuvo un movimiento en alza, pero del 0,6%.

En contraposición, el gas tuvo una vuelta de campana. Las exportaciones de gas natural se incrementaron un 229,5% en volumen en comparación con el año anterior, mientras que la importación cayó un 14,6% en lo que hace al gas boliviano y un 51,6% en el caso del GNL.

De hecho, las exportaciones de gas natural sumaron 1.918 millones de metros cúbicos, algo así como 5,3 millones de metros cúbicos por día, y superaron al volumen de GNL importado, que fue de 1.769 millones de metros cúbicos.

La importación de gas de Bolivia fue un 14,6% menor en la comparación interanual y llevó a que junto con la importación de GNL, el país bajara un 28,7% sus compras de gas, demandando un promedio de 7,5 millones de metros cúbicos por día menos que en 2018.


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