El ñanco le dio la espalda
El ave agorera no estaba a favor del gobierno neuquino este año. Pero de las múltiples dificultades emergió un alivio: el paro docente se postergó.
El águila parda, aguilucho, ñanco o pihuel atesora un mito en la zona cordillerana. Un relato que se ofrece al turismo en el camino de los Siete Lagos es que hay que observar cómo se posa, si da la espalda ese día es mejor no salir de la casa porque las cosas pueden salir mal. Si da el pecho de frente, todo va a estar bien.
El gobierno de Omar Gutiérrez no miró este año al ñanco pero es probable que haya estado de espaldas. A los serios problemas financieros que se le presentan por la indefinición de la política petrolera se sumó esta semana la decisión de postergar actividades que impliquen concentración de gente ante la emergencia, declarada por 180 días, debido a la pandemia del coronavirus.
En un fin de semana largo típico, sin considerar el gasto de combustible, el turismo neuquino genera ingresos por 450 millones de pesos de acuerdo a las estadísticas del Ministerio de Turismo. El Mundial de Motocross dejó el año pasado, solo en dos días, unos 210 millones de pesos. El sector se había preparado para duplicar esa cifra porque la devaluación pintó más atractivos los destinos internos.
Ese ingreso brillará por su ausencia en un sector que es mirado con cierta atención porque es el ejemplo del nuevo cuerno de la abundancia, es decir el generador de ingresos, por fuera del petróleo. Solo para tener una dimensión de ese monto, vale decir que equivale, aproximadamente, a la recaudación de dos meses de impuesto Inmobiliario.
La parálisis será letal para el sector turístico del cual dependen unas seis ciudades de la provincia.
El precio sostén para el barril de petróleo generaría un respiro para Vaca Muerta aunque las indefiniciones generan preocupación.
Se cumplieron tres meses del nuevo gobierno nacional y lo que produjo el anterior presidente en la economía de Vaca Muerta sigue más o menos igual. Primero, se había dicho que iban a esperar a que se tuviera certeza sobre la renegociación de la deuda externa para poder el camino sin escollos y ver qué hacer. La renegociación se complicó.
Se sumó la decisión de los países árabes de declararle la guerra al fracking y aumentaron la producción petrolera con lo que cayó el precio para poner en jaque a la producción de Estados Unidos. Un barril más bajo de los 50 dólares en Vaca Muerta no es rentable y, aunque se pueda establecer una discusión sobre la observancia de esa afirmación en términos ideológicos, la actividad se resiente. Se agita el fantasma de que Vaca Muerta es uno de los destinos de las inversiones y que las multinacionales pueden cerrar la puerta e irse.
En la semana hubo una convocatoria en Buenos Aires (es donde atiende Dios) de la que participaron las provincias petroleras. Hubo un comunicado liviano sobre lo que se trató, aspecto que para los observadores es un síntoma de luz amarilla. La idea del precio sostén comenzó a sembrarse pero si no se la riega y fertiliza puede que no haga eclosión. La reunión con provincias fue con Sergio Lanziani, secretario de Energía, y no con Matías Kulfas, ministro de Producción. Dice que es el que corta el bacalao.
El listado negativo de síntomas del año sumó el no inicio de clases aunque, al final, un negativo más un negativo generaron un positivo.
“La gente en algún momento se va a cansar, porque no hay ningún sector público en el país que tenga promesa de aumento por inflación y acá se rechaza solo por una cuestión de que es el único momento del año de protagonismo del gremio”, dijo una fuente cuando este diario preguntó cómo evaluaba la decisión de ATEN.
El ave agorera no estaba a favor del gobierno neuquino este año. Pero de las múltiples dificultades emergió un alivio: el paro docente se postergó.
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