El miedo al silencio y la soledad

Juan Carlos Martínez*

Caminar por las calles y avenidas de la ciudad de Buenos Aires produce extrañas sensaciones. El paisaje de la gran metrópoli ha cambiado abruptamente.


Ya no es el ensordecedor ruido el que altera el humor de la gente. Ahora es el silencio y la falta de comunicación entre los seres humanos lo más extraño de todo, lo que modifica nuestro comportamiento individual y colectivo.


Hay momentos en que las calles y avenidas se ofrecen desiertas como si sus habitantes las hubiesen abandonado. Las pocas personas que transitan por la ciudad han cambiado el ritmo en su andar.
El aislamiento social, impuesto por la pandemia del coronavirus, es el que fija las normas de convivencia.


La necesidad de comunicarse con nuestros semejantes ha producido un cambio radical en el comportamiento humano.
Ya no somos tan indiferentes a la suerte de nuestros semejantes como lo éramos antes de la pandemia.


Ahora, cada vez que nos cruzamos en una calle o avenida nos miramos a los ojos y en ese cruce por encima del barbijo intercambiamos un mensaje que no necesita palabras para entendernos.
A veces también nos saludamos como se saluda la gente en los pueblos chicos. Una suerte de desahogo que nos hace sentir vivos.


Ya no somos tan indiferentes como lo éramos, como cuando nos hacíamos los distraídos al caminar por la misma vereda donde hombres, mujeres y niños, empujados por la miseria, han instalado sus lugares de residencia.
Ahora nos detenemos para mirarles a sus ojos de soledad y hambre y hasta les alcanzamos algo para interrumpir su largo ayuno.


La soledad y el silencio multiplican la necesidad de comunicarnos con nuestros semejantes.
El teléfono y la computadora no alcanzan para salir del aislamiento. Necesitamos acercarnos al otro o a la otra para darles un beso o un abrazo y sentir el calor humano que el coronavirus nos ha robado.


El silencio y la soledad producen miedo. Más miedo que el coronavirus.
Por eso es que el frío del otoño se siente más en el alma que en el ambiente.

*Periodista


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