Bush no envió señales a Latinoamérica
No la mencionó en su discurso ante el Congreso.
WASHINGTON (AFP) – América Latina, catalogada por George W. Bush como su aliada más importante en el mundo hace cuatro años, no recibió ni siquiera una mención simbólica esta vez, cuando el presidente estadounidense delineó las prioridades de su segundo mandato, centrado en un ambicioso programa de gobierno en el frente interno y de política exterior que suscita interrogantes de cara a su segundo mandato.
Bush confirmó en su discurso del miércoles sobre el estado de la Unión, que tradicionalmente define la agenda doméstica y de política exterior del presidente, que su segundo gobierno seguirá marcado por los atentados del 11 de setiembre de 2001 y la democratización en Medio Oriente, con Irak y el conflicto árabe israelí al tope de la agenda.
Bush emprendió ayer una gira por cinco Estados para convencer a una dividida opinión pública estadounidense y un polarizado Congreso sobre la necesidad de privatizar parcialmente el sistema público de pensiones.
Su secretaria de Estado, Condoleeza Rice, también inició un viaje que la llevará a ocho países europeos, Israel y Cisjordania, a fin de intentar restaurar las relaciones transatlánticas debilitadas por las crisis iraquí y sentar las bases para la creación de un Estado palestino. «La meta de dos Estados democráticos, Israel y Palestina, viviendo lado a lado en paz está al alcance de la mano y Estados Unidos los ayudará a alcanzarla», declaró Bush en su discurso al tiempo que ofreció ayuda por 3.500 millones de dólares a la región.
Las críticas del discurso del presidente estadounidense apuntaron a Siria y a Irán, pero también a sus propios aliados árabes como Egipto y Arabia Saudita. Bush invitó a los dos últimos a realizar reformas democráticas en el nombre de la «paz y de la estabilidad en Medio Oriente».
Respecto a Irán, Bush aseguró: «Al pueblo iraní, le digo esta noche: Mientras que defiendan su propia libertad, Estados Unidos estará con ustedes».
Para los asesores de Bush, «los latinoamericanos no deben sentirse especialmente heridos por ser olvidados otra vez, porque se olvidó de todo el mundo», dijo a Michael Shifter, vicepresi
dente del centro de análisis Diálogo Interamericano, al subrayar que Bush no habló tampoco de China, Rusia, Europa o Africa.
En enero de 2001, Bush prometió que éste sería el siglo de las Américas, pero sus planes se derrumbaron tras el 11 de setiembre y paralizaron su agenda con la región en varios frentes, incluida la migración.Fue criticado por su manejo de las crisis en Argentina, Bolivia, Haití y Venezuela, donde los demócratas le acusaron de «negligencia» y «diplomacia inepta».
El Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), principal proyecto del gobierno de Bush con sus vecinos, se encuentra estancada desde hace un año, y reina el silencio oficial sobre el fracaso de las negociaciones . El gobierno de Bush «no está dispuesto a gastar el capital político» para concluir el ALCA porque «está distraída con otros temas», dijo Shifter.
Bush está «obsesionado» con Irak y la libertad y transformación en Medio Oriente, así como con la reforma del seguro social en su agenda doméstica, pero «no creo que tenga el lujo de enfocarse en esos temas y nada más, porque la situación en América Latina y otras partes es muy complicada», agregó.
Nota asociada: Propuestas clave
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WASHINGTON (AFP) - América Latina, catalogada por George W. Bush como su aliada más importante en el mundo hace cuatro años, no recibió ni siquiera una mención simbólica esta vez, cuando el presidente estadounidense delineó las prioridades de su segundo mandato, centrado en un ambicioso programa de gobierno en el frente interno y de política exterior que suscita interrogantes de cara a su segundo mandato.
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