Terapistas en Neuquén: jornadas extenuantes y alta demanda de pacientes covid

La jefa de la unidad del hospital Castro Rendón indicó que llegaron a asistir el fin de semana a 17 personas con diagnóstico positivo que requerían respirador. Turnos de 12 horas, complejidad en la atención y un plantel al máximo de su capacidad.

El último dato oficial disponible indica que la provincia de Neuquén tiene 170 unidades destinadas a cuidados intensivos. Alrededor de cada cama se monta una estructura no solo de maquinaria, sino de personal de salud: el 67% de la ocupación hoy es de pacientes covid.

Silvia Alegría, jefa de terapia intensiva de adultos y coordinadora de la Unidad Covid-19 del hospital Castro Rendón, el de mayor complejidad del sistema público de salud, afirmó que el fin de semana llegaron a tener 17 pacientes en respirador solo con coronavirus, más 8 con otras patologías.

Contó que «para evitar el agotamiento» hacen jornadas de 12 horas. «Nos repartimos entre nosotros, implica venir más veces a la guardia, pero menos horas», manifestó. De esta manera se aseguran estar más descansados.

«De acuerdo a las normativas vigentes del ministerio de Nación, y desde las sociedades de terapia intensiva, la relación normalmente es de 1 médico cada 8 camas. Por supuesto que esto no se cumple así en las terapias en general, porque la demanda es alta y hay pocos terapistas. Nosotros para los pacientes covid positivos en respirador propiciamos una relación de 1 médico cada 6 pacientes, porque la verdad que llevan muchísimo más trabajo físico de lo que llevan el resto«, explicó.

¿En qué radica esta diferencia? Primero en las medidas de seguridad. El personal debe trabajar con los elementos de protección: camisolín, botas, barbijo, escafandra, doble par de guantes.

«Hacer todos los procedimientos que nosotros normalmente hacemos con todo este equipamiento te lleva más tiempo: trabajás con más peso, te empieza a dar calor, se te empañan los lentes«, describió.

El riesgo de contaminación también es más alto por la contagiosidad de la enfermedad.

A este tipo de pacientes graves se les hace una maniobra que se llama de pronación. «Se lo coloca posición boca abajo y se lo va rotando cada un día, o dos días mínimo, requerís por lo menos cinco personas. Es una estrategia terapéutica para pacientes con distrés severo. En pacientes que tienen los pulmones comprometidos con una patología que se llama distrés respiratorio una de las maniobras terapéuticas es esa, es parte del tratamiento la pronación», dijo Alegría.

Añadió que hay pacientes en respirador que todos los días requieren esta atención. «Una cosa es tener uno, dos, tres pacientes, como normalmente tenemos en la UTI. Ahora estamos atendiendo 16, 17 pacientes por día en esas condiciones», remarcó.

En el plantel de la Unidad Covid del hospital hay terapistas, enfermeros y enfermeras especialistas en cuidados críticos y un equipo de kinesiología, con experiencia en trabajo con pacientes graves.

La profesional sostuvo que está estipulado que cada 2 pacientes con respirador haya 1 enfermero o enfermera. En terapia intermedia la relación es de 1/3 y si no son graves es de 1/5.

Planteó que si hay más demanda la absorben de todas maneras. «No es que no vamos a atender gente», subrayó, pero que este es el estándar para garantizar calidad.

Los pacientes con neumonía grave por covid tienen un promedio de internación de 14,8 días. «Entre 10 y 14 se los pasan en un respirador, en el mejor de los casos, y después requieren internación para restablecer sus funciones: lograr alimentarse por sí mismos, deambular. Habitualmente requieren una internación en sala de una semana», afirmó.

Cuando ya están en condiciones suelen derivárselos a establecimientos que atienden pacientes leves, en la capital el hospital Bouquet Roldán por ejemplo, para descomprimir las camas.

Si bien la mayoría de quienes terminaron en cuadros graves eran personas con enfermedades de base, Alegría aclaró que han tenido pacientes de 40 años, sin comorbilidades, que hacen la forma severa de la enfermedad.

En cuanto a la falta de terapistas para cubrir la demanda en este contexto, Alegría aseguró: «es un recurso humano que escaseó siempre porque no es una especialidad muy atractiva. En las universidades no existe una materia que tenga que ver con la terapia intensiva, es decir, que el estudiante de medicina ni siquiera conoce lo que hace un médico terapista.»

Agregó que las condiciones en que se desarrolla la actividad también hace que los profesionales se inclinen por otras especialidades. «Te tiene que gustar, no es algo muy atractivo en sí porque es un trabajo que vas a hacer siempre en una unidad cerrada, siempre con pacientes graves, con estrés psicológico, con mucho esfuerzo físico y una remuneración baja, no tenés tampoco posibilidades de aumentar tu sueldo, porque la única forma de aumentar tu sueldo es haciendo guardias«, afirmó.

En el hospital hoy hay 13 terapistas de planta, y se sumaron dos más por la emergencia.

Señaló que antes de la pandemia se expuso la falta de recurso humano. «La medicina avanza, las prácticas se complejizan y las únicas personas que somos capaces de atender correctamente a estos pacientes somos los terapistas, y terapistas no hay. Lo veníamos planteando hace rato: necesitamos políticas de salud para revalorizar la especialidad y en esa línea nunca tuvimos mucho éxito«, manifestó la coordinadora de la unidad.

Enfatizó: «lo que muestra el covid es que el paciente grave requiere si o si la atención de un terapista, ningún otro especialista es capaz de mantener un paciente y que tenga una buena sobrevida sin los conocimientos de un intensivista. Lo que muestra la pandemia es que somos pocos.»


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