El sueldo básico, la piedra angular del sistema sanitario

Hernán Epifanio*

El conflicto gobierno provincial-sindicatos-trabajadores de la salud rionegrinos de los últimos tiempos deja un sabor amargo y con gusto a poco, pensándolo en términos de trabajo en equipo en un momento tan sensible como el que estamos viviendo.


¿Por qué un reclamo de recomposición salarial −que podría sonar inoportuno o egoísta para algunos−, otros lo consideramos la piedra angular para avanzar hacia un sistema sanitario que realmente dé respuestas de calidad en salud pública?


Obvio es que el reconocimiento por estar en la primera línea de batalla no es el único (y suficiente) motivo.
El sueldo básico, tanto de profesionales y técnicos como los que no lo son, representa un ingreso imposible de ser considerado suficiente. Por este motivo, cómo no ir en busca de “horas extras” o guardias que signifiquen un salto económico. Hablo sí de aquellos trabajadores que pertenecen a servicios que lo puedan hacer, o aquellos que realizan un desvío de energías hacia el sector privado u otra actividad.


Que en muchos casos el ingreso principal sea a modo de guardias y de horas extras, es utilizado por el gobierno provincial con un doble objetivo: tener atado al personal a la necesidad de realizarlas y así asegurarse cobertura de guardias y, en otros casos, a reducir la necesidad de ingreso de personal para cubrir las mismas.


Lo antedicho parece un justificativo que solo afecta a los trabajadores de la salud, pero no lo es.
Las “horas extra” son la lógica a resolver los problemas al modo “que vaya a la guardia”, resultando una práctica que resuelve “lo de ahora”, “lo inmediato” y no los verdaderos problemas de base.


Las guardias abarrotadas y los centros de atención primaria de la salud, con una cobertura de personal y de insumos muy por debajo de lo óptimo, son el claro reflejo de ello.


La recomposición salarial básica significaría una exigencia por parte del gobierno provincial de incorporar dinero a horas de planta, hecho por demás necesario para mejorar calidad de atención a instancias de aumentar disponibilidad de turnos programados, registro y procesamiento de datos, horas dedicadas a gestión e investigación, etc.


Ya lo sabemos todos, la pandemia no hizo más que desnudar los problemas ya existentes. Hasta el momento, la vocación de servicio de muchos de los trabajadores es la herramienta principal de sostén del sistema. Apostar a ello como estrategia es, además de peligroso, injusto para los trabajadores y para los usuarios.

* Médico en el Hospital Francisco López Lima de Roca. 


Hernán Epifanio*

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