Cuba niega haber aportado fondos para Lula

Cuba desmintió informes de prensa que aseguran que el gobierno de La Habana dio dinero en el 2002 para la campaña electoral del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, indicó un comunicado de las autoridades cubanas fechado en Brasilia y divulgado ayer.

«El gobierno de Cuba rechaza categóricamente estas calumnias, confirma que jamás ha interferido en los asuntos internos de esta hermana nación, y responsabiliza totalmente de esta maniobra propagandística a los agresivos planes del imperialismo contra Cuba y contra Lula», indicó la nota oficial.

Para «el gobierno cubano está claro que estas aviesas acusaciones, en el contexto de una próxima visita del presidente de Estados Unidos a Brasil, intentan desviar la atención de la cada vez más compleja realidad que enfrenta el señor George W. Bush» dentro de Estados Unidos, agregó.

Bush tiene previsto realizar una visita oficial a Brasil el 6 de noviembre. Cuba «reitera su rechazo a las mentiras publicadas por la revista Veja y confirma su respeto y amistad hacia el pueblo brasileño y hacia el gobierno que encabeza el presidente Lula», dijo.

El desmentido cubano se sumó al realizado el sábado por Ricardo Berzoini, presidente del Partido de los Trabajadores (PT), de Lula, afirmando que la revista que publicó el reportaje se había convertido en un «panfleto», de acuerdo con declaraciones del político divulgadas en el sitio de internet del partido.

La revista Veja trae en su ultima edición, que comenzó a circular el fin de semana, un reportaje asegurando que Cuba dio 3 millones de dólares entre agosto y setiembre del 2002 para la contienda electoral de Lula, que ganó la presidencia en los comicios generales de octubre de aquel año.

La revista cita como fuentes a dos ex asesores del actual ministro de hacienda, Antonio Palocci, quienes aseguraron que el dinero llegó en efectivo en tres cajas y que fueron entregadas en la sede de la oficina electoral de Lula en la ciudad de Sao Paulo.

«Nunca oí hablar de eso… por lo que estoy oyendo ahora me parece algo muy fantasioso», dijo Palocci, que fue miembro del comité electoral de Lula, a Veja en el reportaje.

Berzoini recordó que ya el semanario este año divulgó un informe asegurando que grupos guerrilleros colombianos también contribuyeron a la campaña de Lula. «La Veja ya dijo que o PT recibió dinero de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y hasta ahora no probó nada. La revista se convirtió en un panfleto», dijo Berzoini.

Por su parte, la oposición brasileña puso en su mira la denuncia y algunos sectores evalúan la creación de una comisión legislativa para investigarlo.

Los opositores consideraron «verosímil» la denuncia, tras la ola de escándalos por un supuesto esquema de compra de votos en el Congreso y el reconocimiento del gobernante Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) de una contabilidad no declarada.

«Es un hecho gravísimo. Si es comprobado, Lula tiene que entregar el cargo. El presidente no va a tener condiciones de gobernar», dijo el senador Tasso Jereissati, próximo presidente del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), en entrevista con el diario O Estado de Sao Paulo. (AFP/DPA/AP)

Presidente brasileño acude a la ayuda divina

El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, cuyo partido atraviesa la mayor crisis de su historia a causa de escándalos de corrupción, parece haber recurrido a la ayuda divina, rodeando su escritorio de imágenes de santos, informó ayer el diario O Estado de Sao Paulo.

De acuerdo a lo consignado por el diario, a comienzos de semana Lula sumó sorpresivamente a la decoración de su despacho cinco imágenes religiosas, que ubicó en un aparador detrás de su escritorio.

En un contexto político cada vez más complicado, atacado por la oposición, criticado por la prensa y con su popularidad afectada, el mandatario parece haber apelado a la 'compañía divina' para realizar sus tareas en el tercer piso del Palacio del Planalto en Brasilia (centro).

Además de la estatua de barro de San Francisco colocada detrás de su silla, Lula mantuvo una imagen del siglo 18 de un Jesús crucificado e incluyó una estatuilla de Santa Ana, una de Nuestra Señora bizantina, una miniatura de la Virgen tallada en madera, así como una imagen de Nuestra Señora de las Gracias, obsequiadas al presidente por simpatizantes y religiosos en viajes por el país. Lula colocó también una pequeña imagen suya, una pieza de madera tallada de una familia africana y una estatuilla del personaje Don Quijote.

Pero los toques místicos del presidente brasileño trascienden su lugar de trabajo y se evidencian también en pequeñas señales de tono religioso, como su aparición en público luciendo en su saco un broche de Nuestra Señora Aparecida, tras estallar en junio denuncias de un esquema de compra de votos en el Congreso por parte del gobernante Partido de los Trabajadores (PT, izquierda).