Muchos dudan de que se produzca un ataque masivo

AMAN, Jordania (AP).- Pese a que se esgrime el peligro de que grupos terroristas puedan producir armas químicas de destrucción masiva con resultados catastróficos, muchas versiones y acusaciones han resultado exageradas.

La de Amán es apenas una de muchas versiones de amenazas exageradas o planes alocados. Otras incluyen:

• El año pasado la policía británica arrestó a ocho personas sospechosas de haber ideado una bomba para dispersar tetróxido de osmio, un compuesto corrosivo peligroso. Pero los científicos dicen que este elemento volátil se habría consumido en una explosión.

• Funcionarios estadounidenses dicen que José Padilla, u miembro estadounidense de Al Qaeda encarcelado desde hace tiempo acusado de planear el estallido de una bomba radiactiva en Estados Unidos, esperaba usar uranio. Pero el uranio tiene escasa radiactividad y no habría tenido mayor impacto que el plomo en una bomba, señalan los científicos.

• El único uso conocido de un arma química ocurrió en 1995 en los subterráneos de Tokio, cuando miembros del culto Aum Shinrikyo perforaron bolsas plásticas que contenían sarín y liberaron el vapor que afectó a miles de pasajeros. Se cree que el culto -incluyendo científicos- gastó millones de dólares en el exigente y peligroso proceso de producción, pero que sólo pudo producir sarín impuro. Mató a 12 personas, muy lejos de ser un ataque catastrófico.

«Independientemente de lo que se diga, es muy difícil causar bajas masivas con armas químicas o biológicas'', afirmó Jonathan Tucker, autoridad en armas no convencionales en el Instituto de Estudios Internacionales de Monterey, California. «Realmente se necesitan grandes cantidades». El toxicólogo Robert Hendrickson, calcula que los terroristas necesitarían más de 850 kilogramos de sarín para matar a la mitad de los espectadores en un estadio regular de béisbol no techado. Esa cantidad de líquido, con mecanismos de dispersión, sería extremadamente difícil de producir y ocultar, y probablemente tomaría unos diez años en una operación clandestina en un sótano, dicen los expertos.

Existen miles de toneladas de sarín y del agente VX en antiguos arsenales militares estadounidenses, rusos y de otros países. Pero la potencia de dichas armas se ha degradado y son destruidas paulatinamente según el tratado de 1997 que los proscribió. La seguridad en torno de los depósitos se ha reforzado desde el 2001.

Los expertos creen que si los terroristas no pueden fabricar armas químicas podrían apelar a pesticidas y compuestos cáusticos menos letales pero más disponibles como «el ácido de las baterías'' que se vende a 2 dólares por la internet, que ocasiona pocos daños pero causaría terror en la población, logrando el efecto deseado.

Notas asociadas: La «nube tóxica terrorista» que nunca llegó  

Notas asociadas: La «nube tóxica terrorista» que nunca llegó  


AMAN, Jordania (AP).- Pese a que se esgrime el peligro de que grupos terroristas puedan producir armas químicas de destrucción masiva con resultados catastróficos, muchas versiones y acusaciones han resultado exageradas.

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora