Buscan a dos hombres por el tiroteo en Cipolletti

CIPOLLETTI (AC).- Tanto en la zona del Alto Valle como en Bahía Blanca, la policía buscada a dos hombres cuya participación era considerada clave en la matanza ocurrida en las primeras horas del domingo en esta ciudad.

En una casa de comidas del barrio 1.224 Viviendas, sobre calle Esquiú, por causas que se siguen investigando -una discusión fortuita o más de fondo, por algunas presuntas «cuentas» pendientes- se desató entre la 0.30 y la una del domingo un tiroteo intenso, con armas de grueso calibre, entre Néstor Toro Jara (28) y Christian Millahual (22), y presuntamente otras personas que los acompañaban.

Toro Jara recibió dos tiros de un revólver 38 especial, logró caminar unos pasos y cayó muerto en la vereda, mientras que Millahual huyó, con una herida, y perseguido y alcanzado por uno o dos sujetos habría sido muerto a pocos metros del negocio.

Otras tres personas están heridas pero se recuperaban ayer aunque su estado seguía siendo reservado.

La responsable del juzgado Penal 21, María del Carmen García García, seguía ayer avocada de lleno a este caso.

Le tomó declaración a mucha gente, entre ellos al propietario del local «Viena» donde se desencadenó el trágico suceso, y a allegados de las víctimas fatales y de los heridos, para ir desatando este confuso nudo.

Hasta ayer continuaban demorados un hombre y una mujer, jóvenes, relacionados aparentemente con los occisos pero era inminente su puesta en libertad.

Sí se confirmó que la policía tiene la filiación exacta de dos sujetos que estuvieron en la balacera, ambos con antecedentes y que, según trascendió, estaban intentando llegar a Bahía Blanca donde pretenderían «guardarse», por lo que se libró oficio a la Policía bonaerense.

En el hospital cipoleño, en la Unidad de Terapia Intensiva, continuaban por lo menos hasta anoche internados, luego de ser intervenidos quirúrgicamente, un chico de 15 años -se llamaría Bruno y no tendría nada que ver con el hecho- y Alejandro Aguilar (18), a quien la jueza García García le iba a tomar declaración pero que podría ser igualmente ajeno a la pelea.

Y en el Castro Rendón de Neuquén, también operado y en estado reservado, se hallaba en internación de terapia Nicolás Baraldo (28).

Tanto en la unidad 24 del barrio Don Bosco, a cargo del comisario Juan Martínez, como en el juzgado de García García, sobre calle España, era incesante el ir y venir de gente para declaraciones testimoniales y otros trámites.

En clima tenso, de congoja, fueron inhumados los restos de Toro Jara, velado en su casa de calle Primeros Pobladores, y los de Millahual, en la suya de calle Rotary. Rostros llorosos, otros muy tensos y un silencio pesado fueron las constantes en los dos domicilios.

En la investigación opera la división Criminalística, con huellas dactilares, rastros de sangre, armas, ropas y demás.

Un revólver de calibre 38 quedó tirado junto a la mesa que ocupaba Toro, con el cargador lleno, mientras que el 38 que se encontró cerca de donde cayó Millahual, sobre calle Estrada, había sido disparado íntegro.

Ayer declaró un joven, de entre 22 y 25 años, quien evitó dar su nombre al periodismo. Empero, confió que estaba en la vereda de enfrente de la «pizzería», que vio «a un tipo que salió y cayó», y a otro que «dobló ahí, en la esquina y llevaba algo en la mano, que podía ser un revólver».

La cantidad de tiros disparados tiene a los investigadores en la búsqueda de por lo menos otras dos armas de puño, y de calibre alto.

Ayer en la calle Esquiú todo era normalidad, como si nada hubiera pasado. De uniforme estaban los efectivos de un patrullero frente a «Viena» y dos o tres inspectores del municipio, cuidando una esquina específica de la Esquiú.