Consternación y bronca en el sepelio de Pili
El hombre que se prendió fuego en un intento por evitar la demolición de su casa recibió el último adiós. Familiares y amigos convocaron a una marcha en reclamo de justicia.
NEUQUEN (AN).- Más de un centenar de familiares, vecinos y amigos participaron ayer del velatorio y entierro de Raúl Pili, el hombre que diez días atrás se prendió fuego para tratar de evitar que lo desalojaran de su vivienda. El dolor y la indignación se hicieron presentes en el último adiós y derivaron en la convocatoria a una marcha para este miércoles en la que se exigirá justicia.
Desde primera hora de ayer la capilla Espíritu Santo del barrio Don Bosco II se colmó de los familiares, los amigos y los vecinos de Pili, un mecánico de 48 años que el pasado miércoles 2 de agosto se prendió fuego a lo bonzo para evitar el inminente desalojo y posterior demolición de su vivienda, ubicada en un terreno que sería de propiedad fiscal.
El enojo incontenible derivó en la convocatoria a una marcha para este miércoles a partir de las 19, que tendrá como centro el monumento a San Martín y en la que se exigirá justicia por el violento incidente.
Cerca del mediodía de ayer la capilla, ubicada a sólo tres cuadras del lugar que durante18 años fue la casa de la familia Pili, fue el escenario de una misa en la memoria de este padre de seis hijos.
El fatal incidente se produjo el miércoles 2 de agosto en la vivienda de Pili, ubicada en Domene y Gatica, en la margen norte del arroyo Durán, cuando la Policía cumplió una orden judicial firmada por el juez Federico Gigena Basombrío, para desalojar y demoler la propiedad de la polémica.
Pili se resistió al desalojo y tras rociarse con combustible para evitar el avance de los uniformados, decidió en un arrebato de desesperación prenderse fuego en un momento en el que las máquinas dispuestas para la demolición avanzaban hacia la vivienda.
Afección respiratoria
Lamentablemente las heridas que recibió, que afectaron el 50% de su cuerpo, dañaron seriamente sus vías respiratorias e hicieron que permaneciera diez días internado en grave estado en el sector de terapia intensiva del hospital Castro Rendón.
No obstante el tratamiento, la grave afección respiratoria que padecía le provocó la muerte el
viernes a las 15.15, mientras se le practicaban las curaciones en uno de los quirófanos del nosocomio.
El dolor y el enojo fueron la constante en la ceremonia de ayer, que culminó pasadas las 12.30 con la inhumación de los restos de Pili en el cementerio central de Neuquén.
Entre lágrimas y bronca, familiares y miembros de una multisectorial anticiparon que en la marcha de reclamo de la semana que viene se lanzará una campaña social destinada a recaudar fondos para reconstruir la vivienda demolida.
El espacio elegido por los familiares para su edificación es el mismo donde se emplazaba la casa donde se desarrolló el controvertido desalojo.
Pili, un chapista y mecánico de 48 años, era padre de seis hijos y vecino del barrio Don Bosco II.
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