Violencia contra la mujer: del prejuicio al temor a denunciar

Las instituciones dan muy pocas respuestas a las mujeres que son víctimas de hechos violentos.

VIEDMA (AV).-Pese a que existen instituciones destinadas a luchar y prevenir la violencia contra la mujer en Río Negro, no siempre funcionan como deberían. Los prejuicios y el maltrato en estas instituciones siguen estando como siempre. Eso es lo que se critica y denuncia en el Consejo de la Mujer de Viedma, la Oficina Policial de Asuntos Tutelares y el equipo de Atención a la Víctima de la Dirección Provincial de Derechos Humanos. Desde el Consejo aseguran que existen situaciones muy complejas, como cuando la mujer se ve obligada a abandonar el hogar para evitar mayores represalias. Para estos casos sólo hay una vivienda para atender cierto alivio. Tampoco abundan los asesores y especialistas en el orden comunal.

La titular del organismo comunal, Norma Catrimán, denunció que sólo este mes se recibieron cinco casos de violencia dando cuenta que también existe mucho temor en las mujeres a que les saquen los hijos. También atenta contra la resolución favorable el hecho de que en ese organismo local no recibieron las últimas modificaciones normativas que sufrió la Ley de Violencia Familiar Nº 3.040, y que pudieran aprovecharse mejor.

La oficial Stella Bahamonde de la Oficina Tutelar reveló a «Río Negro» que en el promedio de marzo se atendieron allí 150 situaciones relacionadas con la problemática familiar, y alrededor de 30 terminaron en denuncias que siguieron su trámite ante la Justicia.

Lo que deja en claro entonces es que 120 quedaron

en el camino. Al parecer, un atisbo de respuesta la pueden tener las consejeras municipales de Viedma. «A veces, hasta la propia mujer golpeada no asume su condición de tal y termina por rechazar la ayuda», afirma Elena Pizzio. En esto último, también coincide la psicopedagoga Adriana Battistón del Centro de Atención a la Víctima. Apuntó que «el abordaje de cada situación resulta compleja porque se mezclan cuestiones afectivas muy arraigadas, algunas piensan que 'me lo merezco'».

No obstante, rescató que el sistema «está bastante bien organizado porque en 48 horas se promueve una audiencia de conciliación ante el Juzgado de Paz».

En cuanto a si este tipo de escenario a veces resulta propicio y en favor de la víctima, mencionó que «se fue avanzando en situaciones favorables y en otras no todo es perfecto». Reconoció que «a veces no nos ponemos de acuerdo cuando se omite excluir al agresor del hogar, pero se trata de ir puliendo los mecanismos y no estamos a fojas cero».

Pero también las mujeres en el ámbito profesional sufren episodios de maltrato que muchas veces no son vistos como tales. Los organismos dan como ejemplo dos cuestiones que se sucedieron en los últimos días, en Viedma. Dos mujeres que revistan en las filas de la Policía rionegrina, y cuyos nombres se preservaron especialmente, no consiguieron una solución judicial a sus planteos de menosprecio y trato irrespetuoso. Los casos, también seguidos desde el Observatorio de Derechos Humanos, fueron desestimados por el fiscal judicial Ricardo Falca alegando falta de tipificación del delito. Pero según los organismos defensores de los derechos de las mujeres se observó que no se investigó ni se buscaron testigos.


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