La lluvia renovó esperanzas en crianceros de la Región Sur

La situación en esta parte de Río Negro es cuanto menos compleja. Ya se notan los efectos de la sequía en la calidad de la lana, que es más quebradiza que cuando el año es bueno en materia de precipitaciones. Ayer llovió bastante y esperan que sirva de alivio.

VIEDMA (AV)- Después de 10 sedientos meses llovió en gran parte de la Línea Sur. En la noche del martes comenzó en Jacobacci y en la mañana de ayer continuó en la mayoría de los pueblos sureños que esperan agua como una bendición.

Si bien «llueve agua pero no pasto» como dice comúnmente la gente de campo, es bienvenida el agua que si se descarga como se espera en esta primavera que se aproxima puede aliviar los graves efectos de la sequía.

En tanto, estas consecuencias negativas ya se empiezan a advertir con la esquila que comenzó por la zona Atlántica y en algunos sectores de la Línea Sur.

Cuatro equipos de supervisores responsables del seguimiento de esta zafra lanera son los encargados de seguir de cerca el romaneo para sumar los datos a los ya existentes del ProLana sobre el funcionamiento de la esquila en cuanto a la cantidad de kilos y de ovejas.

Este programa cuenta con estadísticas de seis o siete años atrás y se estima que en poco tiempo más se podrá comparar el promedio de las dos o tres últimas zafras con la actual.

El coordinador del ProLana en Río Negro, Raúl Fernández, sostuvo que hasta el momento se ha observado en 10 o 12 campos de la zona de Valcheta, Los Menucos y Maquinchao que la sequía afectó en forma heterogénea a los productores. «A algunos de manera muy profunda, disminuyendo su hacienda y producción», sostuvo al indicar que también se advierte que la lana ha disminuido en su resistencia de tracción. Esta es una prueba que consiste en tomar una fibra de ambos extremos simulando el efecto

que se produce en el proceso industrial. Esa tracción tiene una determinada resistencia y ese valor es muy bajo en esta lana, lo que indica un sufrimiento .

Fernández no descartó que en esta zafra aparezca mucha lana así de quebradiza, pero aclaró que todavía no hay datos, estimando que aproximadamente en un mes podría haber números que indiquen una medición y permitan cuantificar el efecto de esta sequía.

No obstante admitió que en algunos campos ha disminuido la cantidad de ovejas en esta esquila comparada con la temporada anterior, datos que hasta ahora no permiten establecer con certeza como para decir que la falta de lluvias afectó a todos los productores por igual.

De todas maneras, detalló que en algunos campos se ha advertido la falta de 300 o 400 ovejas en relación a años anteriores «lo que es llamativo».

Por otra parte, también se ha constatado que en otros casos el arreo que se iniciaba con 1.000 ovejas llegaban a los galpones de esquila sólo 300 «porque las restantes no tienen energía suficiente para caminar, se caen, la gente se tiene que bajar del caballo para ayudarlas a levantarse y no pueden llegar al corral para ser esquiladas sino que las tienen que dejar en el campo para que se repongan», explicó Fernández.


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