Recibió un escopetazo policial en la nuca y aún no puede declarar: sobrevivió de casualidad

El hecho de violencia institucional lo investiga la fiscalía, en Neuquén. La víctima sobrevivió de casualidad y permanece internado.

El hombre que recibió un disparo de escopeta en la nuca, efectuado por un efectivo policial de la comisaría Tercera de Neuquén, sigue internado y todavía no pudo declarar. La fiscalía espera su testimonio para realizar la formulación de cargos contra el imputado.

El nuevo hecho de violencia institucional ocurrió el jueves, y hoy trascendieron más detalles. Sólo por casualidad la víctima sobrevivió al ataque y no provocó daños colaterales.

Como había adelantado Río Negro, el hombre de unos 30 años tenía prohibición de acercamiento a su pareja dispuesta por un juzgado de Familia por violencia de género. El pasado 14 alrededor de las 18 rompió la perimetral y se activó la alarma.

Un móvil de la comisaría 18 se acercó y el individuo escapó en su vehículo, un BMW. Extraoficialmente se informó que se dedica a la venta de droga al menudeo, por lo que no se descarta que los policías lo reconocieron de inmediato.

Comenzó una persecución a la que se sumó personal de la comisaría Tercera. En la calle Abraham y Arabarco dos efectivos se plantaron sobre la calzada y le hicieron señal de alto.

Escopetazo en la nuca

Según la versión policial, el hombre les tiró el auto encima. Uno de los uniformados lo esquivó y no tuvo mejor idea que dispararle un escopetazo de balas de goma directo a la cabeza.

Según fuentes de la fiscalía de Andrés Azar, a cargo de la investigación, el disparo fue efectuado a menos de un metro de distancia. El conductor recibió el impacto en la nuca, perdió el dominio del vehículo y se estrelló contra una vivienda. Sólo por casualidad no murió por el escopetazo, ni en el choque, ni mató a nadie que estuviera en la vereda o la casa.

En el BMW había un arma, pero la víctima no la llevaba en la mano. No representaba una amenaza para nadie, y existían innumerables maneras de impedir su fuga sin recurrir a la violencia extrema de dispararle en la cabeza. Hoy está internado en el hospital, fue operado y se espera su recuperación para que declare.

Nefastos antecedentes

La falta de habilidades del personal policial para detener a ciudadanos o ciudadanas es alarmante. En este caso no costó vidas, pero hay antecedentes nefastos. Uno de los más emblemático es el de Braian Hernández: el 19 de diciembre de 2012, el chico festejaba que había terminado la primaria y circulaba en un vehículo con amigos.

El policía Claudio Salas le hizo señas al conductor para que se detenga, y como siguió su marcha, le disparó desde atrás con la pistola 9 milímetros. Braian recibió el proyectil en la nuca y murió.

En un fallo bochornoso, el Tribunal Superior de Justicia le rebajó la condena a Salas, quien se recibió de abogado y ya salió en libertad. Hoy Braian tendría edad para estar en la universidad.


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