La marea negra está a la deriva en las islas Galápagos
El petróleo ya afecta a nichos ecológicos únicos.El viento no favorece la lucha por controlar el derrame.
QUITO, Ecuador (DPA) – La marea negra causada por el derrame de más de 700 mil litros de combustibles se movía ayer a la deriva entre cuatro de las islas del archipiélago de Galápagos, destruyendo a su paso delicados nichos ecológicos en que viven especies de fauna y flora únicas en el planeta.
Manchas de entre 50 y 100 metros de diámetro, muy oscuras, se desplazan sin rumbo fijo, a merced de los vientos, en un área de unos 3.000 kilómetros cuadrados entre las islas de San Cristóbal, Santa Cruz, Santa Fe y Plaza, mientras brigadas de voluntarios intentan ponerles un cerco para que no toquen las playas, donde la contaminación sería “de grandes proporciones”.
“Esto podría llegar a ser una tragedia mayor”, reconoció ayer el ministro ecuatoriano del Ambiente, Rodolfo Rendón, un día después de que el gobierno de Quito declarara el estado de emergencia en Galápagos para liberar partidas presupuestarias para enfrentar la catástrofe.
Sin embargo, las autoridades admitieron que la ayuda internacional es “indispensable” para evitar que ocurran daños irreversibles en un santuario natural admirado mundialmente pero sumamente vulnerable por la fragilidad de sus ecosistemas.
La mancha negra provino del encallamiento del barco “Jéssica”, de bandera ecuatoriana, en cuyos tanques aún quedan unos 25.000 galones de combustible, después de que 15.000 fueron sacados con mangueras y bombas de succión por expertos ecuatorianos y estadounidenses.
Pero, según anunció ayer Eliécer Cruz, director del Parque Nacional Galápagos, el barco, de 65 metros de largo por 11 de ancho, “se mueve amenazante” en medio de la Bahía del Náufrago, donde encalló hace una semana, aparentemente por error humano. Su hundimiento liberaría los otros 25.000 galones, lo que aumentaría el volumen de la marea negra.
Las manchas negras están siendo atacadas con dispersantes químicos que fraccionan el combustible derramado en partículas muy pequeñas y que aceleran su biodegradación. Pero, según informó el delegado del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWW), Carlos Valle, “los recursos económicos y técnicos disponibles son muy limitados”.
Hasta ayer, según cifras oficiales, 33 animales han sido afectados por la marea negra, en especial pelícanos, piqueros y lobos marinos, uno de los cuales murió. Además, las colonias de lobos marinos de las islas San Cristóbal, Santa Fe y Santa Cruz ya fueron alcanzadas por las manchas, por lo que fueron rápidamente evacuadas.
El riesgo mayor para la fauna es que la marea negra se mueva hacia el oeste y llegue a la isla Isabela, donde viven poblaciones únicas de pingüinos y cormoranes no voladores, de especies endémicas de las islas Galápagos y cuyas poblaciones no superan los 1.200 ejemplares de cada una.
El archipiélago de Galápagos, de 13 islas mayores y 40 islotes y peñascos, está en el océano Pacífico, sobre la línea ecuatorial, mil kilómetros al oeste de las costas sudamericanas.
En sus ecosistemas, libres de depredadores, evolucionaron durante siglos, sin ingerencias extrañas, miles de especies de fauna y flora que hoy están amenazadas por la llegada de especies ajenas, más fuertes, y por la creciente contaminación ambiental.
Tan imponente, pero tan frágil
HAMBURGO (DPA) .-“Es impensable que haya en la tierra un lugar cuyo desamparo pueda compararse al de estas islas. Y puesto que han sido ya carbonizadas por la lava, ningún poder destructor podría hacerles ya algo”. Aquí se equivocaba Herman Melville, autor de “Moby Dick”, al describir su viaje de 1841 a las Islas Galápagos a bordo de un barco ballenero.
Al cronista de la era de la caza de ballenas le faltó agudeza para ver su unicidad biológico-geográfica. Aisladas en el Pacífico ante las costas ecuatorianas y sobre un volcán, las Islas Galápagos son un ecosistema al mismo tiempo frágil y altamente productivo. De 5.000 especies animales y vegetales, 1.900 están representadas en estas islas. Desde tortugas gigantes de un metro y medio de largo y 250 kilos de peso, hasta iguanas marinas como dragones, albatros y decenas de aves.
Llevadas allí por las mareas y el viento, de una sola especie formaron varias especies nuevas al ocupar diferentes espacios vitales. Por ejemplo, los pinzones: de una sola especie se desarrollaron al cabo de miles de años 13 especies distintas. Unos tienen fuerte pico para quebrar conchas de moluscos, otros tienen un pico agudo para la caza de insectos, otro busca su alimento con ayuda de una ramita. Incluso las tortugas gigantes formaron en cada isla subespecies propias genéticamente incompatibles entre sí.
Las islas Baltra, Floreana, Fernandina, Isabela, Marchena y Pinta son un laboratorio de la evolución al aire libre desde Charles Darwin, quien en 1835 formuló en este archipiélago su teoría sobre la selección natural.
Ahora, el “Jessica” amenaza las islas. Escorado, de su oxidado casco se escapa petróleo que se derrama sobre este Jardín del Edén.
No extinguirá especies
WASHINGTON (EFE).- La catástrofe ecológica de las Islas Galápagos (Ecuador) no provocará la extinción de ninguna especie, pero es una llamada de atención sobre el futuro de las “joyas” del planeta si no se toman medidas, opinaron varios expertos.
Rod Mast, vicepresidente de la organización Conservation International, con sede en Washington, ha declarado que lo sucedido en las Galápagos “demuestra que el impacto del hombre puede llegar hasta las partes más prístinas del planeta”.
“Puede que este accidente tenga al final un efecto positivo”, ha declarado a EFE Mast, “y que sirva para llamar la atención de Ecuador y del mundo sobre lo que podría pasar en el futuro”.
Según los daños observados por los equipos que trabajan en la descontaminación de la zona, varios leones marinos, ejemplares de pelícanos y otras aves han resultado afectados por la mancha de combustible que, en algunos casos, ha ocasionado su muerte. Las Islas Galápagos albergan en la actualidad algunas de las investigaciones más avanzadas en ecología .
Traspaso muy complicado
LONDRES (Reuters).- La transferencia del resto del petróleo a bordo del barco Jessica, que encalló el viernes frente a las costas de las Islas Galápagos, enfrentaba dificultades ayer, dijeron agentes de la empresa británica Lloyds.
“El tanquero de la armada llegó ayer al lugar, pero las operaciones de transferencia no se han podido realizar porque el tanquero no ha podido aproximarse suficientemente al barco, que está muy inclinado”, dijo un informe de Lloyds.
El derrame comenzó el viernes cuando se rompió un tubo en la sala de máquinas de la embarcación ecuatoriana Jessica. La situación empeoró durante el fin de semana cuando tanques que contenían 900.000 litros de combustible diesel y combustible búnker —usado en algunas embarcaciones turísticas que operan en las islas— derramaron 540.000 litros en las aguas marinas en las que viven peces tropicales, pelícanos y leones marinos.
“De acuerdo a los últimos informes, el Jessica está ahora inclinado 45 grados, así que se utilizarán globos gigantes especiales y trasladarán el petróleo a esos globos”, agregó el informe. De acuerdo con Lloyds, el martes quedaban alrededor de 160.000 litros de petróleo a bordo del barco.
QUITO, Ecuador (DPA) - La marea negra causada por el derrame de más de 700 mil litros de combustibles se movía ayer a la deriva entre cuatro de las islas del archipiélago de Galápagos, destruyendo a su paso delicados nichos ecológicos en que viven especies de fauna y flora únicas en el planeta.
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