Crisis en la Fundación del BPN por falta de pagos
Un titiritero contratado por la entidad para su programa cultural denunció demoras de dos meses con proveedores y artistas. Un gerente admitió el hecho pero negó irregularidades.
NEUQUEN (AN).- Una crisis que se venía gestando puertas adentro de la Fundación del Banco de la Provincia del Neuquén, se volvió insostenible cuando el titiritero Manuel Vera hizo pública una denuncia de incumplimiento en el pago de servicios a proveedores y artistas. La demora se arrastraría desde diciembre del año pasado.
Al parecer las contrataciones por servicios a terceros, como fotógrafos, sonidistas, luminotécnicos y en algunos casos artistas, entre los que está incluido Vera, fueron realizadas en el marco del «Programa Cultural de la Fundación BPN».
Dentro de este proyecto impulsado, según se anunció, por el gobernador Jorge Sobisch a través de la presidencia del banco, figura también la Orquesta de la Fundación, creada a mediados de 2000.
En realidad, la crisis de la fundación se habría desatado a partir de la aprobación de la ley que convierte a la entidad crediticia manejada por el Estado provincial en una sociedad anónima.
El año pasado, el bloque de la Alianza pidió al titular del BPN informes sobre los gastos en publicidad y la actividad de la fundación. Pero Luis Manganaro apenas si contestó el requerimiento y atacó a los diputados de la oposición tachándolos de «vagos caros» y «ñoquis de lujo».
Siete músicos contratados en otras provincias y radicados en esta capital, se encontrarían al día con el pago de sus haberes y del alquiler de sus viviendas, a excepción de dos instrumentistas arribadas este año, que hasta el viernes último, no habrían hallado respuesta por parte del contador de la entidad, José Oser.
«Río Negro» trató de esclarecer las denuncias, con el director, Reynaldo Labrín. Pero el funcionario no pudo ser entrevistado y se dijo que atraviesa «un fuerte estado gripal».
Entre los músicos, habría casos de ejecutantes que no han renovado contratos caducados en diciembre, si bien continuarían cobrando con normalidad. Otros tres instrumentistas de Buenos Aires y Bahía Blanca habrían renunciado. Las vacantes y otros cargos tales como fagot y cornos no han sido cubiertos. De fuentes muy cercanas a la fundación, se aseguró que las deudas con servicios de tercerización (fotógrafos, sonido, luces, productores y otros) son reales y tienen una demora de tres meses. El dato coincide con la denuncia de Vera, en cuyo caso, señaló que el último pago de la entidad se realizó el 28 de diciembre pasado.
La deuda reclamada por el artista se generó por el proyecto «Los cuentos que cuentan los chicos» , desarrollado a lo largo de 40 funciones en localidades y parajes alejados del interior neuquino. Según Vera, de los seis meses convenidos, solamente cobró noviembre y diciembre, adeudándosele enero y febrero.
«El accionar de la fundación parece maravilloso, dijo, pero no paga. Actores, músicos, sonidistas, proveedores hace meses que no cobran», como tampoco se cubren «las giras por el interior de los artistas locales a las fiestas populares, gastos operativos, auspicios». Aclaró que muchos de los involucrados «callan» sus reclamos por «miedo a la pérdida de trabajos futuros».
Denunció que en una entrevista con la responsable de la Fundación, Nélida de Chapino, a quien «Río Negro» infructuosamente intentó contactar, le había argumentado que la demora del pago se debe a que «el presupuesto de la Fundación lo encarecía la orquesta de Labrín». Agregó que «Manganaro dispondrá de los fondos cuando apruebe los presupuestos y realice la reestructuración del banco».
La crisis afectaría la continuidad del Programa Cultural en algunos aspectos, no así en aquellos espectáculos organizados con el productor artístico oriundo de Viedma, Guillermo Fedorco, ya que pudo saberse que «son programas que se autofinancian», con el cobro de entradas.
«No hay irregularidades»
Un gerente del Banco Provincia del Neuquén que pidió no ser identificado, aseguró que la administración y contratación de los servicios a terceros, en el marco del «Programa Cultural de la Fundación», «siempre fue responsabilidad de Reynaldo Labrín». Explicó que por el fin de semana -se lo entrevistó ayer al mediodía- no contaba con un informe administrativo-contable para brindar datos ciertos. «No hay irregularidades dentro de la Fundación, a lo sumo puede haber demora en el proceso de pago» enfatizó. La respuesta fue a modo de favor y extraoficialmente: «sólo para darle un marco a su informe, aunque no estoy autorizado a opinar».
Cuando se le preguntó la razón por la cuál, con una deuda pendiente desde diciembre, se había continuado con el certamen provincial «Todo un pueblo canta», del que participaron más de 300 cantantes de todo el Neuquén, discriminó que «ese proyecto fue manejado desde el banco», aunque en la publicidad siempre figuró la Fundación. «Como usted sabrá -concluyó- ese certamen finalizó hace siete días, por lo tanto, para pagar las deudas, estamos dentro de los plazos normales». (AN)
Un titiritero contratado por la entidad para su programa cultural denunció demoras de dos meses con proveedores y artistas. Un gerente admitió el hecho pero negó irregularidades.
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