Cristina reclamó una estrategia global contra la crisis mundial

Defendió el "modelo argentino" y exigió la presencia de la OIT en el G-20. Pidió más créditos para infraestructura, "que es la gran generadora de trabajo".

GINEBRA.- La presidenta argentina, Cristina Kirchner, exigió ayer una estrategia global contra la crisis que tome en cuenta la «economía real» mediante una mayor regulación, más dinero para infraestructuras y la participación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en el G20.

«Está claro que una estrategia nacional requiere también de una estrategia global frente a la crisis», declaró la presidenta argentina en una minicumbre de la OIT sobre la crisis, en la que también participaron el mandatario brasileño Luiz Inacio Lula da Silva y su homólogo francés, Nicolas Sarkozy.

«Por eso, hace unos meses planteé (…) que este organismo (la OIT) tiene que participar de las reuniones del G20, porque aquí están los trabajadores y los empresarios. Acá está el capital y el trabajo, que son precisamente los que nos van a ayudar a salir de la crisis», afirmó.

Según Kirchner, en las dos reuniones del G20 en las que participó, «siempre se está abordando el tema desde un aspecto de lo financiero. Yo entiendo que debemos abordarlo del lado de la economía real que es la gran ausente en estas décadas del consenso de Washington».

La estrategia global defendida por Kirchner también necesita «volver a utilizar el crédito internacional en planes muy fuertes y agresivos en materia de infraestructuras, porque esos son los grande generadores de trabajo y de reequilibrio de las economías».

Según ella, es necesario que «el capital y el trabajo vuelvan a ser los ejes centrales» de la estrategia.

La presidenta argentina abogó asimismo por «un rol mucho más activo» del Estado «en materia de regulación y control», al considerar que la crisis fue provocada por la falta de control de las calificadoras de los bancos de inversión y del capital financiero, «que finalmente terminó no solamente autodestruyéndose, sino también afectando el funcionamiento de la economía real».

Por último, Kirchner se llevó una gran ovación de los representantes de los 183 Estados miembros de la OIT cuando advirtió que «no es a través la flexibilización laboral donde se tiene rentabilidad, sino que se tiene rentabilidad cuando se tienen trabajadores bien remunerados y bien calificados».

La mandataria se sumó así a los llamados de Sarkozy, que también pidió un mayor protagonismo para OIT en el FMI, en el Banco Mundial (BM) y la Organización Mundial del Comercio (OMC), y Lula para evitar la especulación en los mercados financieros.

En la OIT, el mandatario francés dijo que había que «revisarlo todo», para «reconstruir un sistema financiero» orientado hacia los empresarios y no hacia los especuladores.

Por su parte, el mandatario brasileño exigió un nuevo orden económico mundial que recompense la producción y no la especulación, al tiempo que pidió «una actitud más dura» con los paraísos fiscales y los especuladores, al tiempo que pidió un nuevo orden económico mundial que recompense la producción y no la especulación.

Respecto de los elogios que recibió del director general de la OIT, el chileno Juan Somavía, dijo Cristina que «es un viejo amigo y me recordó la exposición que hice hace justo dos años y una semana, estuve un 8 de junio y allí hablaba de la necesidad de desterrar lo financiero del capital estrictamente y vincularlo más con el trabajo y con la producción porque sino finalmente iba a haber una implosión.

Hizo mención además al encuentro con los sindicalistas y señaló que éstos «manifestaron en la voz de Sara Barrow (australiana, presidenta de la Central Sindical Internacional), que veían en esta presidenta, todos los trabajadores del mundo, a una compañera y una amiga, fueron palabras muy cálidas, muy fuertes y viniendo de una mujer como Sara». (AFP/Télam)


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