¿Fiestas = depresión?

Por Lic. Laura Collavini

Llegan nuevamente las fiestas! Y en estas fechas se despiertan ciertas susceptibilidades… Algunas personas aman estas fechas, se reconfortan con los preparativos, las reuniones y el ambiente diferente que se puede sentir en casi todos los rincones. Otras suelen estar más apagadas, deseando que pase todo y que finalmente se descuelguen las luces y colores por demás. Suelen rememorar aquello que no está o lo que sigue estando y no pueden modificar.

El fin de año suele traer necesidad de balances y nos encontramos con lo que no se pudo hacer, con lo que se fue, etc.

Considero que siempre es bueno darse oportunidades. Estoy segura que desde ahí crecemos y cambiamos. Sólo cuando miramos aquello que somos y no lo que tenemos.

Los balances como los premios pueden ser engañosos y puede arrastrarnos a una cierta soberbia. Si nos dejamos llevar por ella un día nos soltará, cuanto más alto estemos.

Solemos mirar lo que no tenemos y nos cuesta observar quienes somos y cómo nuestra mirada y actos pueden modificar gratamente nuestro pequeño universo.

Esta particular forma de estar en el mundo la transmitimos a nuestros niños quienes poco a poco comienzan a sentir que se es bueno cuando se tienen buenas notas y cuando se cumplen las normas previstas.

Les dificulta razonar y poseer una mirada crítica, se los convence que hay que obedecer y hacer.

“La sociedad es competitiva y hay que prepararlos para ello” argumentan.

La sociedad también está en algunos sectores con mucho sufrimiento y si se desea vivir en ella sin antidepresivos sería importante conocernos, saber nuestras fortalezas y debilidades, en qué le somos útiles a los demás. Cómo trabajar en equipo, qué sentimos, cuál es nuestra particular e irrepetible mirada de la vida o simplemente de un hecho.

Se observan muchos niños y adultos medicados por diferentes causas las cuales están ligadas a la dificultad de controlar sus emociones.

Personas “exitosas” desde la incersión laboral, personas “inteligentes” desde su coeficiente intelectual. Personas que requieren de un “bastón” para funcionar en la sociedad y con las exigencias que implica.

Se desprende entonces un  interrogante: ¿es eso éxito, es una persona inteligente?

Tal vez una persona exitosa e inteligente sea aquella que puede disfrutar de las pequeñas cosas, un mimo de las personas que ama, cómo en cada día pudo ayudar a otro en algo, cómo pudo disfrutar de el mundo que nos rodea. Observar un conflicto, mirarse en él y tomarse tiempo para saber cómo desea y puede resolverlo.

Las pérdidas afectivas como materiales son parte de la vida. Dolorosas, justas o no son parte.

Será nuestra función poder poco a poco modificar lo que no nos parece para poder entregar un mundo mejor o un sector del mismo a quienes nos suceden.

¡Miremos la parte del vaso lleno! ¡Cuidemos ese sector, y sigamos poniendo nuestra propia gota!

Disfrutemos, reflexionemos y sólo después accionemos.

¡Es mi deseo para todos!

 Lic. Laura Collavini

Psicopedagoga, diseñadora de material didáctico


Llegan nuevamente las fiestas! Y en estas fechas se despiertan ciertas susceptibilidades… Algunas personas aman estas fechas, se reconfortan con los preparativos, las reuniones y el ambiente diferente que se puede sentir en casi todos los rincones. Otras suelen estar más apagadas, deseando que pase todo y que finalmente se descuelguen las luces y colores por demás. Suelen rememorar aquello que no está o lo que sigue estando y no pueden modificar.

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