Mi voz, mi herramienta, el olvido de la A.R.T


Por este medio quiero compartir mi experiencia para visibilizar una situación que afecta a muchos trabajadores de la educación. Soy docente y, en el ejercicio de mi labor, he sufrido reiteradas veces la pérdida de voz, una afección cada vez más frecuente en el ámbito escolar por el esfuerzo vocal sostenido que exige la tarea diaria frente a estudiantes.


A pesar de contar con estudios fonoaudiológicos y licencias extendidas por mis médicos y la médica laboral, la ART HORIZONTE rechazó mi denuncia, argumentando que la afonía no constituye una enfermedad laboral. Se inició una nueva denuncia a la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, pero, tras más de un mes, las respuestas siguen ausentes. Esta falta de respuestas y soluciones me obliga a regresar a mi puesto de trabajo sin haberme recuperado, arriesgando mi salud y mi calidad profesional.


Me veo forzada a utilizar mis artículos por enfermedad común, cubiertos por mi obra social ISSN ,( quien ya no me cubre las sesiones de fonoaudiología), cuando en realidad el origen de mi afección es claramente laboral. Esta situación, además de generar incertidumbre y angustia, deja a los docentes desprotegidos y pone en evidencia la necesidad de que las autoridades revisen y amplíen el listado de enfermedades profesionales para el personal educativo.


Solicito a los organismos correspondientes, especialmente a la ART HORIZONTE y a la SRT, que tomen intervención efectiva y respondan a los reclamos en tiempo y forma.

Gladys Aguirre
Plottier