Volvió a la primaria que la vio crecer en Neuquén y la transformó con arte: «Quería que tengan la escuela que yo tuve»

Nadia Specian hizo la primaria en la escuela N° 101. Hoy es artista y docente, y no solo volvió a su escuela que cumple 100 años como maestra de plástica, sino que también transformó el patio en un espacio de arte y juego.

Nadia Specian es artista y docente de plástica. Estos años vivió su vida en Neuquén entre el arte y escuelas donde tuvo el placer de dar clases. Sin embargo, no sabía que iba a tener la oportunidad de volver a la escuela que la vio crecer. Lo hizo como maestra y con un proyecto con el que transformó el patio de los estudiantes en un lugar donde reinan el juego y las ganas de aprender.

A sus 30 años, Nadia recibió el llamado que pensó que nunca llegaría: el de la suplencia en su escuela de la infancia, la Escuela Primaria N° 101 “Paula Albarracín de Sarmiento” en Valentina Norte. Los recuerdos en esas aulas, en el patio y en los recreos los atesora en su corazón.

«Iba con mis amigos del barrio entonces era como mi casa», contó. «Yo recuerdo que en esa época había juegos, no solo estructuras, sino en el suelo, y nos encantaba pasar los recreos ahí«, rememoró.

Nadia luego estudió en la secundaria y luego se recibió de docente de plástica, lo que le permitió al mismo tiempo vivir entre el arte. Como maestra, sabe que es una lotería obtener la titularidad en la escuela que una quiere, pero a ella, la vida le tendió una mano. «Me llamaron para una suplencia justo en mi escuela, yo encantada», expresó.

El día que volvió a las aulas de la primaria 101 los sentimientos fueron muchos. «Me encontré con docentes que tuve como profesores y también los mismos porteros, con los que tenía muy buena relación», relató. «Fue muy lindo encontrarme con que las cosas siguieran más o menos igual. Era como si el tiempo no hubiese pasado«, expresó.

Si bien las personas eran las mismas, admitió que la escuela cambió bastante estructuralmente. Es que este 2025 cumple 100 años. Nadia mencionó que se notaba el deterioro, pero lo que más le llamó la atención fue que las infancias no tenían con qué jugar en el patio. «Estaban muy dispersos, se notaba que estaban aburridos», contó.

Creativa, como docente de plástica, a Nadia se le ocurrió una idea: transformar el patio para los estudiantes. «Yo quería pintar un mural y juegos en el suelo para los chicos«, comentó. Así, llegó con su plan a la oficina de la directora, quien le dijo que no habría problema.

«Les avisé a mis compañeros, conseguimos donaciones para pintar y hasta se sumó el otro profe de plástica, Robinson Brejada», narró. La tarea la realizaron en las vacaciones de invierno. Además de un mural con la colaboración de artistas como Miss ojos, Gastón Pereira, Dashu y Matem, en el suelo pintaron un laberinto, una rayuela y tres juegos matemáticos para infancias. Además, sumaron una cancha de futbol tenis.

La vuelta a clases fue emocionante. Tras el receso, los estudiantes no solo se reencontraron con sus compañeros y maestras, sino que con un patio completamente renovado. «Estaban felices, maravillados», dijo Nadia. «Hasta el día de hoy se la pasan jugando, es lindo ver como comparten y que se interesen por el arte», expresó la maestra de plástica. Ahora, todos los niños y niñas quieren conocer más de los artistas que hicieron de su patio un lindo lugar de encuentro.

Fue así que los recuerdos que Nadia llevaba en su corazón los transformó en un regalo para su escuela. «Tengo mucho sentido de pertenencia y fue como devolverle algo a mi primaria. Quería que tengan la escuela que yo tuve, así que esto es una manera de darle las gracias».

Aunque Nadia Specian trabaja como suplente, uno de sus anhelos es ser titular en la escuela. «Muchas cosas tienen que pasar para que eso suceda», dijo. Sin embargo, no se queda con ese pensamiento, sino que día a día disfruta de ponerse el guardapolvo, caminar por las calles de su barrio de la infancia y llegar a la Primaria 101. Pero ahora, como maestra.


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Nadia Specian es artista y docente de plástica. Estos años vivió su vida en Neuquén entre el arte y escuelas donde tuvo el placer de dar clases. Sin embargo, no sabía que iba a tener la oportunidad de volver a la escuela que la vio crecer. Lo hizo como maestra y con un proyecto con el que transformó el patio de los estudiantes en un lugar donde reinan el juego y las ganas de aprender.

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