Santoral del 7 de agosto 2025: por qué la Iglesia Católica celebra hoy a San Cayetano

La Iglesia Católica celebra hoy a San Cayetano, considerado el santo patrón de los desempleados. Es especialmente venerado en América Latina. Los detalles.

San Cayetano de Thiene fue un sacerdote italiano del siglo XVI y cofundador de la Orden de los Clérigos Regulares Teatinos. Nació el 1 de octubre de 1480 en Vicenza, Italia, y murió el 7 de agosto de 1547 en Nápoles, Italia.

San Cayetano estudió derecho civil y canónico en la Universidad de Padua y, tras obtener su doctorado, se trasladó a Roma, donde trabajó en la curia papal. Sin embargo, decidió abandonar su prometedora carrera para dedicarse por completo al servicio de Dios y la Iglesia.

En 1524, junto con el obispo Gian Pietro Carafa (quien más tarde se convertiría en el Papa Pablo IV), fundó la Orden de los Clérigos Regulares Teatinos, una congregación dedicada a la reforma del clero y a la promoción de la vida espiritual. Los Teatinos se comprometieron a vivir en pobreza, castidad y obediencia, y a dedicarse a la predicación, la educación y el servicio a los enfermos y pobres.

San Cayetano es conocido por su profunda fe y su devoción a la Eucaristía y a la Virgen María. También es venerado por su confianza en la providencia divina y su dedicación a ayudar a los necesitados. Fue canonizado por el Papa Clemente X en 1671.

La festividad de San Cayetano se celebra el 7 de agosto en el calendario litúrgico católico. Es considerado el santo patrón de los desempleados, los buscadores de trabajo y los pobres, y es especialmente venerado en América Latina.

Oración a San Cayetano


Glorioso San Cayetano, aclamado por todos los pueblos, padre de providencia, porque socorres con grandes milagros a cuantos te invocan en sus necesidades: acudo a tu altar, suplicando que presentes al Señor los deseos que confiadamente deposito en tus manos.

(Aquí se expresan las gracias que se desea obtener)

Haz que estas gracias, que ahora te pido, me ayuden a buscar siempre el Reino de Dios y su Justicia, sabiendo que Dios (que viste de hermosura las flores del campo y alimenta con largueza las aves del cielo) me dará las demás cosas por añadidura. Amén.