Radiobiología: cómo favorece los tratamientos personalizados contra el cáncer
Investigadores de la Fundación Intecnus en Bariloche desarrollan estrategias para adaptar la radioterapia a las características biológicas de cada paciente.
Actualmente existen protocolos vinculados a las dosis de radiación en el tratamiento del cáncer. Un paciente puede presentar efectos más exacerbados que otro. En ciertos casos, los tumores pueden responder con la muerte celular a dosis menores que las prescriptas, o puede ocurrir lo opuesto.
“Cuanto más resistente es el tumor, se debería aumentar la dosis o proponer otro tipo de tratamiento. En radioterapia se ha avanzado mucho: hoy las dosis se concentran con gran precisión en el tumor, mientras que antes se irradiaban más áreas de tejido sano. De todos modos, hay que avanzar en la radiobiología”, dijo en diálogo con Diario RIO NEGRO la bióloga y magíster en Física Médica Lara Negrin, responsable del Laboratorio de Radiobiología y Biodosimetría en Intecnus, que depende de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).
El desarrollo de los tratamientos personalizados para mejorar los resultados de la radioterapia en pacientes oncológicos es uno de los pilares de la radiobiología a nivel mundial. En la Patagonia, la Fundación Intecnus dispone de un laboratorio especializado que combina la parte asistencial con la investigación en Bariloche, lo que lo convierte en un espacio único en su tipo en el sistema científico nacional.
“La radiobiología es una ciencia que estudia los mecanismos biológicos en respuesta a las interacciones de radiaciones ionizantes en los seres humanos, a nivel molecular, celular y fisiológico del cuerpo”, especificó Negrin, y aclaró que “conocer esta interacción nos permite hacer un uso beneficioso de las radiaciones”.

La investigación en Bariloche está centrada, por un lado, en la seguridad radiológica de los trabajadores que están en contacto con radiación y, por otro, se focaliza en el tratamiento personalizado de las enfermedades.
Las dosis de radiación no son siempre las mismas. Actualmente, para los tratamientos radiantes se emplea una dosimetría fija basada en el tipo tumoral y algunas características de la persona, sin tener en cuenta cómo responde ese paciente a la radiación. Se basa en un protocolo fijo.
“Pero se sabe que la radiosensibilidad cambia de persona a persona. Conociendo este parámetro, antes de prescribir la dosis y planificar el tratamiento, el médico va a lograr un resultado más óptimo y beneficioso”, recalcó Negrin.
“En un tratamiento se pretenden matar las células cancerígenas, pero se sabe que hay gente que puede tener una reacción diferente o resultar más sensible a la radiación”, puntualizó la jefa del Departamento de Investigación Traslacional (investigación científica que busca aplicar los descubrimientos de la investigación básica en laboratorio a la práctica clínica).
A través de diferentes ensayos en el laboratorio, buscan biomarcadores —moléculas, proteínas, genes— que se expresen de manera diferente ante el estímulo de la radiación. “Analizando esos biomarcadores buscamos conocer la radiosensibilidad individual del paciente. En un tratamiento, podemos indicarle una dosis personalizada. Indagamos cómo los genes se van a expresar según un estímulo. Buscamos un perfil de esos genes que nos puedan dar esta información”, señaló.
Desde el laboratorio, entonces, a través de la cuantificación de los cambios biológicos, se estiman las dosis que recibe una persona. Negrin lo definió como “una especie de dosímetro biológico. A través de proyectos de investigación se busca acceder a dosímetros más rápidos y eficientes”.
A nivel mundial, Negrin advirtió que hay pocos profesionales dedicados a la radiobiología. En Bariloche, forman parte de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).

Afirmó que Bariloche avanza al nivel de la radiobiología del mundo en la búsqueda de una optimización de las terapias. “Estamos a la vanguardia de la investigación oncológica, con equipos de avanzada y profesionales capacitados. Publicamos los resultados de investigaciones en una revista de gran impacto de la Sociedad Europea de Oncología y Radioterapia, todo el tiempo estamos formándonos y presentando los resultados en congresos nacionales o internacionales. Incluso colaboramos con otros investigadores”, evaluó.
Tras los ensayos in vitro, ahora empezaron con ensayos en pacientes. Negrin advirtió que en la búsqueda del conocimiento, se va más allá del laboratorio para conocer qué pasa en la clínica. Por eso, se nutren del aporte de los médicos y enfermeros que trabajan cara a cara con los pacientes. “Es una búsqueda constante entre todos. Por eso, se sale de la mesada a la cama del paciente para que sea tangible y no quede en una investigación. El objetivo es que el paciente salga beneficiado”, dijo.
El estudio involucra a pacientes que donan voluntariamente muestras de sangre que luego se usan para la investigación. “Esas muestras de sangre se guardan en laboratorio y se va viendo cómo el paciente evoluciona. Si un paciente presentó radiosensibilidad, comparamos esa muestra con otra que no la haya presentado. Eso nos da un marcador de sensibilidad”, explicó.
Actualmente existen protocolos vinculados a las dosis de radiación en el tratamiento del cáncer. Un paciente puede presentar efectos más exacerbados que otro. En ciertos casos, los tumores pueden responder con la muerte celular a dosis menores que las prescriptas, o puede ocurrir lo opuesto.
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