Reseña: «Intimidad de un oficio», de Liliana Heker, el tembladeral de la escritura
Como parte de una hermosa colección, editorial Godot publicó “Intimidad de un oficio”, de Liliana Heker, un relato honesto sobre ese terreno de pura incertidumbre que es la escritura.
En “Intimidad de un oficio”, la escritora y maestra de escritores, Liliana Heker, abre las puertas a su experiencia como narradora y ensayista, cuenta cómo es hundirse en el barro de la desesperación por las palabras y la creatividad, ejerce de guía, sin ocultar las sombras de ese espacio lleno de búsquedas apasionadas, manías, hallazgos felices, frustraciones, hábitos.
El libro, publicado por Editorial Godot , forma parte de la preciosa colección “Intimidades”, que busca justamente explorar esa dimensión del oficio (que incluye, por ejemplo, “Literatura o muerte”, de Agustina Bazterrica, y “Cómo me hice viernes”, de Juan Forn).

Heker, fundadora y directora de revistas literarias inolvidables como “El escarabajo de Oro” y “El ornitorrinco”, autora de cuentos y novelas fundamentales de la literatura argentina contemporánea —entre ellas la más reciente “Noticias sobre el iceberg”— no ofrece aquí un manual de consejos mecánicos. Lo que se lee es el recuento de alegrías, revelaciones -y sí, también daños- que ocurren durante el camino.
En la infancia, recuerda Heker, la escritura se volvió un descubrimiento esencial: la certeza que era algo intensamente propio y de lo que no podía ni quería prescindir. Es el descubrimiento de una pasión, o de una vocación, y en el libro, eso se transforma en el hilo conductor de un relato que oscila entre la memoria personal y la reflexión universal.
El libro está atravesado por la idea de que escribir es convivir con las ficciones. Las frases, las epifanías y las imágenes irrumpen en cualquier momento -“jugando al tenis, esperando el ascensor, caminando por la calle”, señala Heker,- y reclaman ser escritas. La escritura aparece como -o más bien es- una compañía constante, un rumor que nunca se acalla. Por eso, el libro es también un testimonio sobre la disciplina y la paciencia que exige el oficio, sobre la necesidad de aceptar sus silencios y celebrar sus irrupciones inesperadas.
Uno de los capítulos más conmovedores aborda el período de oscuridad creativa que atravesó Heker entre 2001 y 2010, un “blanco existencial” que la enfrentó a la angustia del vacío. Heker convierte esa experiencia en parte del camino: “En este oficio nunca se sale del tembladeral. Felizmente. En este tembladeral escribí siempre y, hasta el momento, sigo escribiendo”, dice, honesta.
Este es un libro ideal para los que disfrutan de la escritura o se dedican a ella. En sus casi 100 páginas, hay un tono cercano. Pero no hay nada idealizado: la escritura es siempre compleja, demandante, una actividad que no empieza ni termina en el momento en que el autor se sienta frente a la computadora (sino mucho antes), y un oficio que nunca camina sobre territorio seguro. Felizmente, un tembladeral, como diría Heker.
En “Intimidad de un oficio”, la escritora y maestra de escritores, Liliana Heker, abre las puertas a su experiencia como narradora y ensayista, cuenta cómo es hundirse en el barro de la desesperación por las palabras y la creatividad, ejerce de guía, sin ocultar las sombras de ese espacio lleno de búsquedas apasionadas, manías, hallazgos felices, frustraciones, hábitos.
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