La diplomacia del oil & gas y el trípode económico virtuoso
Las relaciones multilaterales son esenciales en la inserción global de Vaca Muerta. En ese marco, existen tres condiciones necesarias para lograr el boom exportador.
Por Pablo Benitez Jaccod (*)
En un momento donde la energía es el eje de la geopolítica mundial, la clase dirigencial de la República Argentina se posiciona ante una obligación histórica: la de poseer una lectura acertada de las tendencias globales y aprovechar el posicionamiento de la Cuenca Neuquina – Vaca Muerta, para una inserción internacional que promueva junto a las históricas ventajas de la agro industria, un desarrollo económico sostenido.
Al igual que en su momento Arturo Frondizi (58-62) o Carlos Menem (89-99), el presidente Javier Milei posee una lectura acertada de su tiempo. Prueba de esto, es la construcción de una relación de privilegio con Donald Trump, la cual convierte a la Argentina en el principal pivote regional y aliado de los EE. UU.
Esta relación es conducente a generar oportunidades históricas y colocar a la nación en el foco de atracción de inversiones en IA y tecnología. El anuncio de la iniciativa global “Stargate” (Open AI) para invertir en la Patagonia, la visión de atraer inversiones tecnológicas masivas bajo el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), o el conservar una posición más ventajosa en la discusión global arancelaria entre Estados Unidos y China, un ‘nuevo Bretton Woods’, en palabras del Secretario del tesoro norteamericano Scott Bessent, operan en ese sentido.
En este horizonte temporal de gran oportunidad, pero siempre latente por la súbita irrupción de lo nuevo, existe un rol que pasa a ser esencial para el despegue definitivo de la energía como ancla del crecimiento económico futuro: el de el conjunto de funcionarios, empresarios y diplomáticos que establece relaciones geopolíticas y estratégicas para posicionar los hidrocarburos argentinos alrrededor del mundo.
La “Diplomacia del Oil and Gas”
En este contexto geopolítico, la diplomacia representa una estrategia de interés nacional capaz de vincular el activo Cuenca Neuquina-Vaca Muerta con los flujos de capital globales capacitados de generar US$ 30.000 millones anuales en exportaciones energéticas para 2030.
Las negociaciones globales lideradas entre 2024 y 2025, por Horacio Marín, presidente y CEO de YPF, ilustran la manera en que esta estrategia puede posicionar a la Argentina como un jugador clave en la transición energética mundial.
El informe 2024 del Grupo internacional de importadores de GNL (GIIGNL), señala que el comercio mundial de este activo fue ese año de 406 MT (millones de toneladas). La mayor demanda proviene de Asia, representando el 69% de las importaciones mundiales de GNL en 2024. En el desglose por nación, la República Popular China con 78 MT importadas lidera la demanda, Japón fue el segundo importador con 66 MT, Corea del Sur fue el tercero con 47 MT y la India el cuarto con 27 MT.
Dato
- US$ 30.000
- Los millones que potencialmente puede generar Argentina por exportación de energía hacia 2030.
Por esta razón, la Argentina firmó en Asia, diversos Memorandos de Entendimiento (MOUs) con gigantes energéticos. En la India por ejemplo, se firmó con GAIL, Petronet e Indian Oil, por 5 MT anuales de GNL, potencialmente equivalentes a US$ 100.000 millones en 20 años.
La IEA (International Energy Agency) prevé que el consumo de gas natural en India aumente casi un 60% para 2030. En Japón, se negociaron 7 MT, aprovechando la necesidad post-Fukushima de diversificar proveedores. Corea del Sur y China siguieron, con acuerdos por 3 y 6-7 MT respectivamente. La virtud de estas alianzas, son los contratos de largo plazo en mercados premium para GNL ‘limpio’.
Por el lado del Europa, la firma del acuerdo marco, en diciembre de 2025, entre el consorcio argentino Southern Energy S.A. (SESA) —PAE, YPF, Pampa Energía, Harbour Energy y Golar LNG para exportar gas desde Río Negro— y la empresa estatal alemana SEFE Securing Energy for Europe GmbH (SEFE), representa el mayor compromiso de exportación de Gas Natural Licuado (GNL) desde Argentina hasta la fecha, tanto por volumen como por duración, y marca un hito en la monetización del gas de Vaca Muerta.
Para el período 2027-2035, el consorcio proyecta exportaciones energéticas totales superiores a US$ 20.000 millones, contribuyendo a la meta argentina de US$ 30.000 millones anuales en exportaciones de ese rubro para 2030. A consecuencia de lo expuesto, la Argentina, además de robustecer la superavitaria balanza energética, fortalece su posición geopolítica al vincularse a la seguridad energética de Europa.
Previamente la diplomacia mencionada, generó el plan de acción para posicionar a Argentina como proveedor clave de Gas Natural Licuado (GNL) captando interés en Alemania, Turquía, Italia. Con respecto al shale oil, Vaca Muerta Oleoducto Sur (VMOS) la obra de infraestructura privada más importante de las últimas décadas y adherida a los beneficios del RIGI, facilitara el acceso desde los centros de producción en Añelo, Neuquén, con el puerto de aguas profundas en Punta Colorada, Río Negro para su envío a distintos mercados internacionales.
A nivel regional, Chile actúa como puente inicial con exportaciones habilitadas por el oleoducto Trasandino (OTASA) que dan salida al Pacífico, esto se fortalece con el más reciente acuerdo comercial en la historia de Enap (Empresa Nacional del Petróleo de Chile) con YPF, Vista Energy, Shell Argentina y Equinor, para el suministro de crudo por US$ 12.000 millones hasta junio de 2033 cubriendo el 35% de su demanda anual.
La diplomacia es una estrategia de interés nacional para que Vaca Muerta genere US$ 30.000 millones anuales de exportación energética hacia 2030.
Estos nuevos contratos de Enap con Vaca Muerta son el fruto de una reconstrucción meticulosa e impostergable de confianza, si tenemos en cuenta lo que represento el shock del 2004, cuando se interrumpieron abruptamente los envíos a Chile provocando pérdidas millonarias. El presidente entrante de Chile José A. Kast y el presidente Javier Milei destacaron la necesidad de reforzar la alianza bioceánica en temas energéticos.
Con la República Federativa del Brasil se ha comenzado un proceso de vinculación energética a través del proceso de reversión del Gasoducto Norte (cambio del flujo de importaciones a exportaciones) y acuerdos bilaterales firmados a fines de 2024. Este “Memorando de Entendimiento” (MOU) estableció un marco para desarrollar infraestructura y rutas comerciales, con el objetivo de alcanzar exportaciones de hasta 30 millones de metros cúbicos diarios (MMm³/d) en los próximos cinco años (2029-2030).
Esto podría generar divisas por US$ 10.000-15.000 millones anuales para Argentina, equilibrando su balanza comercial deficitaria con Brasil y abasteciendo la creciente demanda industrial brasileña la cual busca reducir dependencia de Bolivia y LNG importado.
El trípode económico virtuoso
Como primera conclusión, la “Diplomacia del oil & gas” de la República Argentina apunta a Asia (India, Japón, Corea, China) para volumen, Europa (Alemania, Turquía, Italia) para premium y región (Brasil, Chile) para inicial.
En segundo lugar, existe un “trípode” virtuoso que debe funcionar de forma simbiótica y coordinada para fundamentar el crecimiento económico potencial que emerge detrás del recurso energético.
Ese trípode está integrado en primer lugar por la estabilidad regulatoria (RIGI), en segundo lugar por una macroeconomía sana (baja inflación) y tercero por la apertura comercial. Las tres patas del trípode son interdependientes y conforman las condiciones que deben mantenerse alineadas para la fortaleza de la “Diplomacia del oil & gas”.
Rystad Energy analiza que de mantenerse las condiciones mencionadas la Inversión Extranjera Directa (IED) energética alcanzará US$ 12-15 mil millones anuales hacia 2030 y podría colocar a Argentina en el Top 6-7 mundial, posicionado a Vaca Muerta como el mayor proyecto de crecimiento “shale” fuera de Norteamérica.
La apertura comercial, una macro sana y estabilidad regulatoria, son el trípode económico virtuoso para el despegue de Vaca Muerta.
Vinculado a lo dicho, el RIGI, que ofrece estabilidad fiscal por 30 años, necesita su ancla de solidez en las negociaciones internacionales que reduzcan riesgos regulatorios y abran mercados.
La apertura comercial implica una renegociación de Mercosur en base a la consolidación de tratados de libre comercio con EFTA, UE y futuro entendimiento con los EE.UU. El acceso a la OCDE, sumado a los acuerdos bilaterales (India, Japón, Corea) son clave para colocar GNL. Sin apertura, las exportaciones se limitan a vecinos y se reduce la IED.
Una macroeconomía sólida, implica una inflación anual sostenida en 5-10 % y un riesgo país que se ubique por debajo de 500 puntos básicos, indicadores de influencia en los ‘majors’ de la industria a la hora de invertir.
Por último, la fortaleza de estos elementos en que se apoya la diplomacia del oil & gas, también depende de que el resto de las administraciones subnacionales y actores de influencia en el Congreso, consensuen en torno a la mejora del capital humano, infraestructura, baja de impuestos y desregulaciones, elementos que deben ser vectores ordenadores de carácter federal.
(*) Magister en economía política/Lic. en Relaciones Internacionales
Por Pablo Benitez Jaccod (*)
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