Rescate, cuidados y final feliz: el Monito del Monte que volvió al bosque
Es un mamífero pequeño, ágil y casi invisible. Cautiva con su historia de supervivencia y sus raras costumbres en Patagonia.
El hallazgo de un monito del monte en una propiedad privada de San Martín de los Andes, provincia de Neuquén, activó una cadena de intervenciones entre especialistas en fauna.
La guardaparque Gimena Colipan fue convocada por una vecina y, junto a biólogos del Parque Nacional Lanín y del equipo de la Red de Rescate y Rehabilitación de Fauna Silvestre Ñacurutú, confirmaron que se trataba de un ejemplar de la especie que lleva el nombre científico Dromiciops gliroides. Está considerado un “fósil viviente” y se encuentra en serio peligro de extinción en Argentina y Chile.
“Fuimos a dejarlo a Lolog. Nos observó por un rato, nos miró, nos enseñó lo ágil que es al trepar, regresó cerca de donde estábamos, nos miró nuevamente y se alejó con saltos entre las ramas de un maqui. Nos dejó su adiós armonioso; se mostró tranquilo, feliz y agradecido. Nos emocionamos mucho. Sentimos la satisfacción de haberlo ayudado y recibimos mucho más que una simple aparición. Este territorio muestra lo majestuoso que es, y cada ser en su entorno cumple su misión de proyectar la vida”, relató Colipan al liberar al marsupial en los bosques cercanos al Lago Lolog.
Este animal, de apariencia similar a un roedor, es exclusivo de los bosques húmedos andino-patagónicos y se distingue por su pulgar oponible y cola prensil, que le otorgan gran destreza para trepar.
De hábitos nocturnos y aspecto singular, el monito del monte posee un pelaje denso y suave, de tono pardo acanelado en el dorso, vientre claro, cara apenas gris y grandes ojos oscuros rodeados por un anillo también oscuro.

El Sistema de Información de Biodiversidad (SIB) puntualizó que el rango de este marsupial se extiende, en Chile, desde Concepción hasta la Isla de Chiloé, y en Argentina desde el Parque Nacional Lanín (Neuquén) hasta el Nahuel Huapi (Río Negro), posiblemente llegando al norte de Chubut en el Parque Nacional Los Alerces.
Suelen construir nidos esféricos de unos 20 centímetros de diámetro, con una entrada de tres a cuatro centímetros, ocultos entre rocas, bajo troncos o en el follaje a dos o tres metros del suelo. Durante el otoño, este animal acumula grasa en la base de la cola y puede entrar en períodos de torpor o hibernar si el clima es riguroso.
La presencia del monito del monte en estado silvestre es cada vez menos frecuente. Su conservación resulta prioritaria, ya que representa el único miembro vivo de su orden, con distribución limitada y fuertemente afectada por la fragmentación del bosque, incendios forestales y la irrupción de especies exóticas, además de la presencia de perros y gatos domésticos.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la especie está catalogada como “vulnerable” en toda su área de distribución, una categoría reconocida por las autoridades de Argentina y Chile.
El hallazgo de un monito del monte en una propiedad privada de San Martín de los Andes, provincia de Neuquén, activó una cadena de intervenciones entre especialistas en fauna.
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