El escándalo de Enron salpica a Jed Bush
Cheney se niega a dar detalles sobre reuniones
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WASHINGTON (ANSA)- El escándalo de Enron salpica a Jeb Bush, gobernador del estado de Florida y hermano del presidente norteamericano, quien habría mantenido contactos con los máximos ejecutivos del gigante energético, centro de la primera intriga del gobierno republicano.
En tanto, ayer el vicepresidente de EE.UU, Richard Cheney, insistió en que no entregará al Congreso la lista de ejecutivos con los que se reunió mientras se elaboraba la estrategia energética del gobierno. «Convertirá en imposible que yo tenga conversaciones confidenciales» dijo a la tevé.
Jeb Bush ha evitado referirse a Enron, pese a que Florida perdió 335 millones de dólares en la caída de la megaempresa energética. Pero sus adversarios políticos descubrieron los primeros «pasteles»: desde generosos financiamientos de parte de dirigentes de Enron a las campañas electorales del gobernador y de sus compañeros de partido, al desarrollo de proyectos alternativos y a un encuentro del que participó Jeb en Houston la semana pasada en la casa de Richard Kinder, ex presidente de Enron.
«Demostró una completa insensibilidad y arrogancia», acusó Bob Poe, presidente del partido demócrata del estado del sol. Bush se vuelve a presentar ante el electorado en noviembre y la influencia del escándalo Enron en los comicios dependerán -en gran parte- en el impacto que la crisis de Enron tendrá en la presidencia de George W. Bush. «Es el hermano del presidente, políticamente son como mellizos siameses», observó Susan MacManus, politóloga.
En tanto, los electores norteamericanos parecen estar convencidos de que el caso Enron tiene una patente republicana, pese que muchos dirigentes demócratas también hayan gozado de los favores del coloso energético.
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