Sembramos en el techo

Los arquitectos Zilvestein y Sesta explican cómo combatieron el calor en una casa céntrica en Roca.

En pleno centro roquense un ingeniero agrónomo se animó a apostar por la solución más ecofriendly que le propusieron los arquitectos Nicolás Zilvestein y Víctor Sesta para combatir el gran calor en su vivienda. Con la idea de comprar un equipo de aire, el propietario de la vivienda llegó al estudio de arquitectura A+C (Arquitectura + Clima). Sin embargo, al analizar el caso de su casa en particular, la propuesta de los arquitectos fue muy diferente: hacer una terraza-jardín en el techo. “Cuando vimos el problema que tenían en su casa decidimos atacar las causas y no el efecto”, explica Zilvestein. El problema mayor era la exposición del techo al sol sin ningún tipo de protección. El 80% de la ganancia térmica la tenían por el techo. Hubo distintas propuestas y se nos ocurrió jugarnos con una terraza -jardín, que tal vez era lo más complicado de aceptar para los dueños, pero ayudó mucho que el propietario tenga mucha conciencia y preocupación por el medio ambiente”. Así se comenzó el primer proyecto de techo verde del estudio. “Había varios desafíos como cómo y cuándo regar, si podía crecer el césped con esa cantidad de tierra”, agrega Sesta. “Para colmo no es una zona muy benévola porque es muy seca : hay que cuidar mucho el césped en el primer momento hasta que crece”. Fue así que sobre el techo de la vivienda se colocaron varios mantos, uno sobre otro: primero uno de piedra para el drenaje, otro para el filtrado del agua, otro de tierra o piso nutriente, más la siembra. Se eligió el trébol porque no requiere cortes ni mantenimiento regular. Para el riego se implementó un sistema de microaspersores automatizado que riega unos cinco minutos unas cuatro veces al día y mantiene así la humedad necesaria. Los profesionales explican que este sistema sirve de dos maneras. Por un lado frena el impacto del calor en la vivienda pero además funciona como losa refrescante evacuando el calor del interior e ingresando aire fresco que se genera por la evaporación del agua. El objetivo fundamental fue logrado casi inmediatamente, explican los arquitectos. A pocos días de instalada la terraza-jardín las altas temperaturas que sufrían los propietarios bajaron. “Con una temperatura de entre 38 y 40 grados afuera, en el interior la vivienda se mantenía entre 24 y 26 grados”, dice Zilvestein. “Antes de comprar un equipo hay que resolver el problema de la vivienda”. agrega. Por eso es importante el asesoramiento específico para saber qué atacar y cuál será la mejor solución. “Las opciones son muchas: cambiar el color del techo, colocar parasoles o usar la ventilación cruzada o proteger alguna pared con vegetación. Depende de cada casa pero en todas algo se puede hacer”. www.zclimatización.com.ar


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