Silencio en la vivienda del empresario Guerrero

“No va a hablar”, dijo una mujer a través del portero eléctrico

Cecilia Maletti

La obra que construía sobre los techos de la Cooperativa Obrera fue la que colapsó el jueves 25.

NEUQUÉN (AN).- Apenas veinte cuadras separan al supermercado de la Cooperativa Obrera que el jueves pasado se derrumbó, de la coqueta casa del dueño de las construcciones colapsadas, Néstor Omar Guerrero. Con todas las persianas cerradas y en una apariencia de abandono una mujer aseguró a “Río Negro” tajantemente y por medio del portero eléctrico que Guerrero “no habla con nadie, no va hablar con nadie”.

En la tranquilidad del barrio Valentina Norte Urbano, los vecinos de la cuadra aún no salen del asombro y uno tras otro cuentan que desde el sábado no ven ningún movimiento en la casa.

“A mí la policía me vino a pedir que salga de testigo cuando hicieron el allanamiento el viernes, pero al final no fui, y desde ese día parece que no hubiera nadie en la casa, ni siquiera he visto pasar el auto blanco que tienen”, explicó un joven vecino del empresario.

La confirmación de que Guerrero era el propietario de las construcciones que al colapsar causaron siete víctimas fatales y 16 heridos, cayó como un baldazo entre los vecinos más antiguos del sector dado que indicaron que “los conocemos de toda la vida porque hace más de 30 años que viven acá”.

Así como en la manzana de la tragedia el empresario contaba con numerosas propiedades, en la manzana donde vive dos de sus vecinos son justamente sus familiares: su hermano y su madre, ocupando así una porción importante de la cuadra.

“De uno que no tiene puedo entender la improvisación, pero no puedo entender cómo un empresario como él, que tiene recursos, hizo una obra así”, contó una vecina que vive a pocos metros y que pidió que su nombre no sea divulgado.

La vivienda, que fue remodelada hace poco tiempo y aún muestra en su frente algunos elementos para la construcción, no posee custodia policial. Algunos vecinos creen que Guerrero no estaría en su interior.

“No se ve movimiento y están todas las ventanas cerradas. El otro día vino alguien a regar las plantas, pero para mí que no hay nadie”, aseguró el vecino que vive justo enfrente, José Luis Larra.

“Son vecinos normales, de buenos días, buenas tarde. Mi mujer le hizo muchas veces trabajos de costura y nunca tuvimos un problema con ellos”, contó Larra y explicó que “así como está ahora, todo cerrado, hemos visto muchas veces la casa, porque no se si esta gente viaja mucho, porque sabemos que tienen propiedades en muchos lugares”.


Cecilia Maletti

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