El 1% de la población tiene el 50% de la riqueza mundial

Siete de cada diez personas viven en países donde la desigualdad económica ha aumentado.

En los últimos años se le prendieron muchas velas a la FED, al Banco Central Europeo y a China para que la economía global terminara de sobreponerse a una larga y profunda crisis financiera. Cualquier persona se inclinaría a pensar que los estragos de ésta se harían sentir en todos los sectores de la población. Pero no es así. Pese a que existe la convicción generalizada de que la política económica debiera contemplar entre sus prioridades el logro de una distribución del ingreso y de la riqueza cada vez más equitativa, los datos duros acerca de cómo se “reparte la torta” reflejan una vez más que el crecimiento económico nunca fue un sinónimo de desarrollo. Esta semana la ONG británica Oxfam publicó un sorprendente informe en el que afirma que las 85 personas más ricas del mundo poseen una fortuna equivalente a todas las posesiones de la mitad de la población más pobre del planeta. En términos de valores, esto equivale aproximadamente a 110 billones de dólares, cifra que resulta 65 veces mayor que el total de la riqueza que posee el 50% más pobre. Los resultados del trabajo fueron difundidos esta semana, un día antes del comienzo del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, la reunión anual del organismo. La elección de la fecha de publicación no fue al azar, dado que en este encuentro se analizan los problemas más acuciantes del mundo y se procura aportar soluciones para las crecientes situaciones de desigualdad. El informe “Gobernar para las elites: secuestro democrático y desigualdad económica” concluye que la concentración del 46% de la riqueza en manos de una minoría supone un nivel de desigualdad “sin precedentes”, que amenaza con “perpetuar las diferencias entre ricos y pobres hasta hacerlas irreversibles”. Además, si se contemplan los fondos que no estarían registrados, entonces la concentración de la riqueza es mucho mayor. Oxfam considera que la acumulación de recursos económicos por un puñado de personas constituye un “secuestro democrático” por el que los gobiernos pasan a servir a una elite acaudalada con “políticas fiscales injustas, prácticas corruptas y arrebatando los ingresos naturales a los ciudadanos”. No resulta sorprendente entonces que las medidas adoptadas por la Unión Europea ante la crisis hayan redundado en un aumento de la brecha de desigualdad. Según los datos de la ONG, 210 personas se incorporaron durante el 2013 al club de los multimillonarios cuya fortuna supera los mil millones de dólares, formado por 1.426 personas que concentran una riqueza de 5,4 billones de dólares. De acuerdo con el último documento sobre Distribución de la Riqueza publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos –correspondiente al tercer trimestre del 2013–, el 10% de los hogares más ricos de la Argentina se quedó con el 28,2% del ingreso nacional, nivel similar al de un año atrás (29%), mientras que el 10% más pobre sólo el 1,9%, contra el 1,8% había concentrado en igual lapso del año anterior. Al mismo tiempo nuestro país avanzó en la disminución de la desigualdad. En este sentido, el Coeficiente de Gini pasó de 0,5472 en 2003 a 0,4110 en 2013. Dos aspectos clave en los cuales todavía queda mucho por hacer son una estructura impositiva menos regresiva y una reducción de la informalidad en el mercado de trabajo.

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