Obras maestras del arte universal en el Museo Nacional de Arte Decorativo
Por Oscar Smoljan Director Museo Nacional de Bellas Artes Neuquén
APUNTES DE LA CULTURA
Pocas veces se tiene la oportunidad de contemplar joyas del patrimonio universal que jamás han salido de su país de origen. Tal es el caso de la muestra Meraviglie dalle Marche II que se expone en el Museo Nacional de Arte Decorativo, con sede en Buenos Aires.
Son treinta seis obras, traídas de la región italiana de Marche, que van desde el pre-Renacimiento hasta el siglo XIX, pasando por el Cinquecento, el Seicento, el Manierismo y el Barroco, y que pertenecen a grandes maestros como Carlo Crivelli, Andrea Lilli, Lorenzo Lotto, Tiziano Vecellio, Guercino (Giovan Francesco Barbieri), Sassoferrato (Giovan Battista Salvi), Pietro Alemanno, Federico Barocci, Federico Zuccardi, Giovan Francesco Guerrieri, Luca Giordano y Franco Podesta.
Esta muestra es la segunda edición de la que tuviera lugar en este mismo museo en 2012 y que convocara a más de 100 mil visitantes y, como en el capítulo anterior, es la primera vez que estas obras dejan Italia con destino al continente americano, tarea que demandó una millonaria operación logística con tres aviones para su transporte.
La colección, valuada en cientos de millones de euros, contó con la curaduría de Stéfano Papetti y Giovanni Morelo quienes destacaron que las obras, provenientes de museos y colecciones privadas, representan “una síntesis de todo el arte italiano del siglo XIV al XVI”.
Le Marche es una región situada sobre la costa del Mar Adriático que cuenta con más de 400 museos. Por su ubicación geográfica ha recibido influencias del norte y del sur de Italia por siglos y muchos de los grandes artistas que allí han trabajado provenían de ciudades como Venecia y Florencia.
Muchos marchesianos inmigraron a la Argentina. Uno de ellos Francesco Tamburini, quien llegó a Buenos Aires en 1883 y tuvo a su cargo, por encargo del Estado nacional, la remodelación de la Casa Rosada y el Teatro Colón, entre otros edificios públicos históricos.
El guión curatorial está armado sobre un recorrido cronológico que se inicia con un fragmento de un fresco rescatado del muro de la iglesia de San Niccoló, de Osimo, (de Andrea da Bologna) que conserva elementos de la iconografía medieval. Le siguen dos pinturas de Lotto y Tiziano, maestros indiscutidos del Renacimiento.
La colección continúa en una segunda sala con obras del 1500 enroladas en el Manierismo, estilo que privilegia las figuraciones artificiosas, las perspectivas diagonales, la alteración de tamaños. La tercera sala entra de lleno en el siglo XVII con la expresión mística, heroica o sentimental de los santos y el dramatismo de los fuertes contrastes de luz y sombra. Esta es la pintura religiosa del Barroco con sus figuras de mártires y santos.
Ya sobre el final de la muestra, aparecen los pintores académicos del siglo XIX que adhirieron al Neoclasicismo, aunque todavía en otros autores continúan los típícos claroscuros característicos del Barroco y del Barroco Tardío.
Esta muestra contó con los buenos oficios de Alberto Bellucci, que dirige el Museo de Arte Decorativo desde hace muchos años, sin olvidar que también lo hizo en el MNBA de Buenos Aires.
La muestra ha sido declarada de Interés Nacional por la Presidencia de la Nación y de Interés Cultural por el Ministerio de Cultura de la Nación.
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