Isla de Chiloe: fiesta con brujos
La riquísima tradición y mitología de la “Isla Grande” se dan el tiempo este finde para el Festival Costumbrista Chilote, tesoro que se ofrece al turista.
suple voy
El solo hecho de entrar a Chiloé embriaga al viajero con los colores de su paisaje distinto, con la magia de su mitología y creencias, la cultura de sus habitantes que suma casi cinco siglos entre mar, campo y bosque y, máxime, por la calidez que pronto lo hará sentir “en casa” y siempre querrá volver.
La gastronomía de sus mariscos, pescados y algas, cerdo y cordero chilote, más platos únicos como la chochoca, el chapapele o el milcao (el curanto en hoyo es una mezcla única de sabores), juegan también un papel fundamental para descubrir los misterios atrapantes de la Isla Grande. Hay que destacar que actualmente hay aquí alrededor de 250 variedades de papas nativas de diferentes formas y colores, que también son una atracción irresistible para los turistas.
Precisamente, este fin de semana se desarrolla en Castro (ciudad capital de 50.000 habitantes), el Festival Costumbrista Chilote donde las juntas de vecinos de la comuna exhiben una muestra de la cultura chilota con platos típicos (curanto, yoco, asado de cordero al palo, empanadas, cazuelas), amenizada con bailes y música tradicional. Además, los artesanos locales muestran y comercializan sus obras realizadas en temporada invernal.
Se trata del principal evento anual y esperan a unos 50.000 visitantes entre sábado y domingo. En detalle, son 56 módulos de comidas, más de 120 puestos con productos de la biodiversidad y 25 stands con gastronomía especial, por mencionar algunos, que forman parte de este encuentro con la premisa de “privilegiar la cultura y la identidad de Chiloé, reforzando y autovalorando a la propia comunidad que muestra su particular idiosincrasia”.
Hay que sumar 14 faenas campesinas (elaboración de la chicha a maja, trilla, aserrado de madera, trenzado de canastos de juncos, carneada del chancho), donde el público participa activamente.
“Los turistas encuentran todas las tradiciones chilotas centenarias en un mismo lugar. Son los mismos vecinos los que aquí preparan las comidas, las artesanías y las faenas de campo. Todo hecho a mano, como cuando no había electricidad ni motores en la isla”, anticipa Guido Bórquez, organizador del festival. “Sólo se aceptan tradiciones netamente chilotas. Nada de vendedores ambulantes ni productos chinos”, recalca.
En forma paralela, y en el mismo parque municipal, se desarrolla la Feria de la Biodiversidad, que reúne tradiciones, costumbres, materias primas y productos de la cultura con sello patrimonial de las 10 comunas de la isla. Son más de 120 módulos de exposición de productos en lana, fibra vegetal, madera, productos silvoagropecuarios, muestras de experiencias conservadoras de la biodiversidad, además del intercambio de técnicas artesanales, de semillas, rincón mitológico, bosque educativo, granja educativa, rincón del arte y literatura, cultores, entre otros.
LAS PEÑAS
En forma coincidente, por las noches la peña folclórica “Coché Molina” congrega a los músicos más destacados del archipiélago, con la presentación de conjuntos isleños caracterizados por la gran cantidad de integrantes que se toman el escenario con sus vestimentas coloridas, instrumentos (acordeón de botones, guitarra, rabel, charranco -quijada del caballo-, matraca y tambor) y bailes (cueca chilota, chocolate, pavo, ranchera, sirilla, pericona, trastrasera, costillar, chapecao y vals chilote, entre otros).
MITOLOGÍA VIVA
En el parque, por estos días, las fotos más buscadas en el rincón mitológico son con el Trauco, la Fiura y la Pincoya, cuyas figuras aparecen disimuladas en un bosquecillo de arrayanes.
En realidad, los orígenes de la mitología chilota son una mezcla de las antiguas religiones de sus primeros habitantes (huilliches, chonos y cuncos), sumado a las supersticiones, especialmente celtas, traídas por los españoles y otros europeos. Decenas de personajes fabulosos existen en este verdadero Olimpo, donde la mayoría corresponde a seres zoomórficos, acuáticos o terrestres, con capacidades de transfiguración. En general son malos o con capacidades de dañar.
Entre las divinidades más relevantes se encuentra la Pincoya, que representa una visión poética del amor del pescador por la belleza del mar, como fuente de empleo y alimento, o de tempestades cuando ella anda de mal humor. Otro personaje importante es el Trauco, un enano muy sátiro al que se le atribuyen muchos de los nacimientos naturales de Chiloé.
(Agencia El Bolsón)
PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD
Chiloé (voz huilliche que significa “lugar de chelles” -una gaviota blanca con la cabeza negra-), tiene una longitud de 180 km, por 40 de ancho, con 10 comunas que pueden recorrerse por carreteras asfaltadas en muy buen estado. Los españoles comenzaron su conquista a partir de 1567 (fundación de la ciudad de Castro) y desde esa época se fueron construyendo las 16 iglesias que en el año 2000 fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Son uno de los principales baluartes culturales y turísticos del archipiélago. La unicidad de estos templos radica en su particular arquitectura (madera y sus variaciones en tejuelas), “fruto del sincretismo de la cultura huilliche, la española y las ideas religiosas de los evangelizadores jesuitas que iniciaron la construcción en toda la isla para convertir a los indígenas”. La principal está ubicada frente a la plaza central de Castro y las restantes en Achao, Quinchao, Colo, San Juan, Caguach, Rilán, Nercón, Chelín, Aldachildo, Detif, Ichuac, Chonchi, Vilupulli, Dalcahue y Tenaún. Hay todo un circuito para visitarlas a diario, combinado con otros atractivos, como los palafitos y el parque nacional.
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