El imputado no recuerda cómo mató al comerciante
Por la muerte de Constantino Aguayo, en agosto del 2012, comenzó a ser juzgado Luis Eugenio Ramón Vidal. Dijo no encontrarle explicación al crimen. “No sé cómo pedir perdón”.
Crimen del lago pellegrini
CIPOLLETTI (AC).- Ayer comenzó el juicio por el asesinato a golpes de Constantino Aguayo, un comerciante tradicional de la península de Ruca Co, en el lago Pellegrini. El imputado es un hombre que vivía allí, que estuvo 25 años en Miami y que se dedicaba a la cocina internacional. Declaró en indagatoria, se mostró quebrado y dijo que no recordaba absolutamente nada de lo que pasó y que se “quiso morir” cuando se enteró por los medios de que había cometido un crimen tan sangriento. La prueba indica que lo mató a botellazos.
Según la requisitoria de elevación a juicio, el 2 de agosto de 2012 el acusado Luis Eugenio Ramón Vidal Allende, de 62 años, ingresó al comercio Mi Casita, en la zona de Playa Bonita, frente al lago, y golpeó al comerciante Aguayo con una piedra envuelta en una franela y con botellas que contenían vino. Después robó unos paquetes de cigarrillos y algo de dinero, todos billetes de baja denominación. El delito por el que está acusado es homicidio criminis causa, que contempla una pena de reclusión perpetua.
El juicio comenzó ayer en la Cámara Primera y en la indagatoria Vidal Allende se mostró muy dolido (incluso entrecortaba su declaración con un llanto) y dijo que está destrozado porque destruyó dos familias. “Yo no sé lo que pasó. ¿Cómo puedo declarar si no recuerdo? Casi me muero cuando leí la noticia, no sé cómo pedir perdón, es imperdonable, cómo pude haber hecho algo así, no le encuentro explicación, no tengo la condición física para hacerlo, nunca ni siquiera me agarré a trompadas con alguien, en Estados Unidos recibí un premio de la mano del senador Lincoln por mi ayuda social, ¿cómo pude hacer esta barbarie?”, dijo y pidió retirarse de la sala. Los penitenciarios lo llevaron casi en andas, porque temblaba y no podía caminar.
La familia del imputado está conformada por su madre, de 91 años, y una hermana de 56, no tiene hijos ni esposa, nació en Buenos Aires, es licenciado en turismo y vivió 25 años en Miami.
Después de la indagatoria, una mujer que vive en la casa contigua a la de Vidal Allende declaró que mantuvo un mes de relación como vecina, porque se había mudado recientemente. Dijo que el hombre charlaba mucho y que tenía bronca para con la sociedad porque hablaba mal “de todos”. “Aparentemente tuvo mucho dinero, pero no la estaba pasando bien económicamente porque le faltaba la plata y siempre me pedía azúcar o elementos de limpieza”, relató.
El día del crimen la vecina lo vio despeinado y desarreglado. Vidal Allende se presentó en su casa y quiso entregarle plata en concepto de devolución por el préstamo de víveres.
“Tenía la mano cortada, le sangraba, y manchó los billetes, pero no se daba cuenta”, manifestó la testigo. Ayer también declaró un hombre que pasó dos veces por el almacén y un integrante de la Prefectura, que tiene jurisdicción en el lago. El debate continúa hoy.
El tribunal está presidido por la camarista Alejandra Berenguer e integrado por los vocales Julio Sueldo y Álvaro Meynet. El fiscal es Ricardo Maggi y al abogado de la querella (que representa los intereses de la viuda y de los cuatro hijos de Aguayo) es Claudio Monopoli. El defensor Gerardo Tejeda habló ayer de un estado de “locura momentánea” y adelantó que su estrategia será pedir la absolución por inimputabilidad.
Crimen del lago pellegrini
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