La ruta de los Siete Lagos

El famoso camino de 110 km ahora asfaltado por completo se corresponde con el tramo de la Ruta Nacional 40 que une La Angostura con San Martín de los Andes y atraviesa dos áreas protegidas federales: el extremo norte del Parque Nacional Nahuel Huapi y el sur del Parque Nacional Lanín. Aquí, algunos de los puntos de interés que ofrece partiendo desde la villa y hasta casi la mitad del trayecto.

RECORRIDOS

Se trata de dos de los espejos de agua más atractivos de todo el recorrido, con playas disfrutables, sitios protegidos de los vientos dominantes, camping y lugares de acampe entre hermosos bosques y arroyos. Se encuentran a unos 50 kilómetros de San Martín de los Andes. Ideal tanto para mochileros como para paseantes de media jornada entre ambos extremos de Siete Lagos. El Villarino y el Falkner unen sus aguas a través del río para integrarse en una gran cuenca entre cordones montañosos. Preciosos.

De gran belleza, con bosques de coihues, sitios de pastos y bahía de arenas a unos dos kilómetros de la ruta de los Siete Lagos y a unos 60 de San Martín de los Andes. Se puede disfrutar en verano, primavera y otoño. Consultar primero por las condiciones del camino de acceso. El área de servicios se encuentra sobre una bahía natural del brazo norte del lago Traful. De gran atractivo para pescadores.

Luego de una espera que comenzó hace más de 40 años, desde los primeros anuncios, y que se sucedió en promesas con gobiernos de distintos signos partidarios, este trayecto de 110 km está totalmente asfaltado y aguarda por su inauguración en breve. Los tramos que van del puente del Pichi Traful a Villa La Angostura son los últimos concluidos y su novedad se percibe en los sinuosos paseos. Hay trayectos más angostos y otros más amplios y bien perfilados para gozar incluso del manejo. (Agencia San Martín de los Andes)

Lago Correntoso, vieja edificación de la hostería Ruca Malén y Hostería Siete Lagos

El Correntoso es el más importante de los lagos que discurren entre Villa La Angostura y San Martín de los Andes, sin contar, claro, el Nahuel Huapi y el Lácar entre ambos extremos. Curiosamente, se une al Huapi merced al río más corto del mundo: el también llamado Correntoso. Impactantes vistas y entorno. Hay camping organizado, alojamientos, proveeduría y restaurante. Ofrece bahías de gran belleza y reparadas del viento. Fantástico para pescadores.

Río corto y rodeado de hermosos bosques une los lagos Espejo Chico y Correntoso. Sus aguas cristalinas y el fondo de piedras se combinan para ofrecer tonificantes vistas y sonidos. Un muy pintoresco puente de madera es cita obligada para las fotografías que inmortalicen el recuerdo. Ideal para pescadores, siempre que se esté en temporada y con los debidos permisos.

Como se deduce de su nombre, es una pequeña cubeta lacustre y de notable belleza por su entorno, en el que se puede encontrar un camping agreste cuya administración funciona en una cabaña. Destacan las aguas que se perciben de un color verde esmeralda intenso y los espacios abiertos. Ideal para mochileros. En cuanto a las precauciones en la circulación por la ruta, también debe extremarse la prevención por presencia de animales sueltos en varios puntos del recorrido.

Está a unos 15 kilómetros de Villa La Angostura. Debe su nombre a las aguas límpidas y mansas que, a modo de espejo, reflejan cielo y paisajes y entre ellos las montañas, de las que se alimenta con el deshielo conducido por los arroyos. Cuidado con las pendientes. Este impresionante derrotero entre cerros y lagos se puede visitar durante las cuatro estaciones, aunque con precaución en otoños e inviernos por los regímenes de lluvias y nevadas.

Conocido por su valor como pesquero en su desembocadura al lago Traful. Se accede por un desvío desde el camino de los Siete Lagos. Se ubica a unos 53 kilómetros de Villa La Angostura y a unos 72 de San Martín de los Andes. Aquí, como en todo este camino, se trata de disfrutar de las playas, de los ríos afluentes y tributarios, de los añosos bosques, de los cerros de impactante belleza, de la bucólica presencia de la fauna nativa y de la multiplicidad de colores de flora andino-patagónica.

Fotos: Patricio Rodríguez


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