“Huerta madre”

Redacción

Por Redacción

La carta destacada

Si tienes en tu casa unos metros cuadrados de tierra y agua para regar haz una huerta.

Haz con una pala unas filas de surcos no muy profundos, reparte un poco de estiércol en ellos y siémbralos con plantines y semillas de especies comestibles y aromáticas: tomates, morrones, pimientos, lechuga, acelga, albahaca, orégano, etc.

Riégalos diariamente por la mañana o por la tarde y mantén el espacio de las plantas libre de malezas arrancándolas de raíz con cuidado de no dañar las otras.

Tus plantas darán flores, frutos y aroma. Es una actividad cuyo desarrollo es placentero y no exige una carga de trabajo excesiva.

El combate a las plagas es delicado pero si concentras tu atención y te cuidas del contacto con los venenos vencerás.

Una huerta de cuatro metros cuadrados puede producir mucho alimento, sabroso y nutritivo que compensa los gastos y retribuye el trabajo dedicado. Huerta madre, porque fecundada por nuestro trabajo da leche y miel. Porque nos pone en contacto con la Madre Tierra, con el agua y con las plantas de manera artesanal.

Alberto Félix Suertegaray, DNI 14.169.481

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