“El ser peronista”
En los tiempos políticos que corren es algo complejo hablar del “ser peronista” cuando la orientación del partido tiene disímiles direcciones. No es mi deseo hacer una defensa de un partido que lleva encarnando a gran parte de la población como estandarte por decenios en nuestro país.
El peronismo, abrazado por miles y criticado por tantos, ha experimentado profundos cambios y sigue en permanente mutación enarbolando su bandera de justicia social, y es evidente que los escenarios políticos han cambiado en muchas oportunidades forzando al partido a utilizar sus herramientas para subsistir y volver a reposicionarse en forma permanente.
De aquel peronismo naciente a la actualidad que nos toca existen brutales diferencias y cambios producidos por situaciones internas y externas. Lo cierto es que una de las virtudes de aquellos líderes que permanecen en consideración de propios y opositores es que mantienen la convicción en cuanto a las bases del movimiento, ofrecen mostrarse en momentos en que la actualidad política marca otro rumbo, proponen alternativas a peticiones sociales de distinta índole, aportan desde su lugar a la construcción constante proveyendo ideas y postulándose como puente para alcanzar los más altos estamentos nacionales y de esa forma contar con alternativas a diferentes problemáticas
–sobre todo en una Argentina colapsada por tanta corrupción–, poder estar al margen, ponerse a disposición y ofrecer el corazón.
Dentro de los personajes que conforman este reducido grupo ubico al senador Miguel Ángel Pichetto. Obviamente no porque necesite defensa alguna, pues no la necesita, sino porque mi pensar es que hay que reivindicar a las personas y sus logros durante la gestión, en el durante, no en el olvido. Podría aquí mismo mencionar infinidad de proyectos cristalizados a través de la iniciativa del senador Pichetto, sin embargo lo que me sostiene aferrado a su condición peronista es que encuentro un discurso que parafrasea el de mi padre, relatando sus vivencias de juventud peronista en la Unidad Básica del barrio, su participación en la UES (Unión de estudiantes secundarios), en la quinta de Olivos o cómo cambió la vida familiar a partir de los logros sociales, entre otros.
El transcurso del tiempo ha hecho de este país un círculo viciado que nos repite la historia política cíclicamente. Y coincido con un comentario periodístico reciente que versa: “El desarrollo del país está íntimamente relacionado con la alternancia política y la sensatez de sus dirigentes”.
Podemos criticar decisiones o ponderar virtudes del senador Pichetto, lo que no debemos cuestionar es su sensatez política.
Alejandro Olivera
DNI 16.071.602
“Podemos criticar decisiones o ponderar virtudes del senador Miguel Pichetto, lo que no debemos
cuestionar es su sensatez política”.
Alejandro Olivera
DNI 16.071.602
Datos
- “Podemos criticar decisiones o ponderar virtudes del senador Miguel Pichetto, lo que no debemos
- cuestionar es su sensatez política”.
En los tiempos políticos que corren es algo complejo hablar del “ser peronista” cuando la orientación del partido tiene disímiles direcciones. No es mi deseo hacer una defensa de un partido que lleva encarnando a gran parte de la población como estandarte por decenios en nuestro país.
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