Atraparon a un sospechoso por acosos virtuales en el barrio Huiliches

La policía pudo rastrear al sospechoso tras varias denuncias de mujeres por casos de grooming y acoso a través de las redes sociales.

La policía dio ayer con un hombre sospechado por numerosos casos de acoso a través de las redes sociales, que habían sido denunciados por varias mujeres del barrio Huiliches.

El subcomisario Pedro Güento, a cargo de la división de Delitos Sexuales y Trata de Personas, indicó que las investigaciones habían comenzado hace un mes con cinco casos, dos de ellas involucraban a dos menores, ocurridos en la misma cuadra del barrio. En todos los hechos las víctimas denunciaron acosos a través de las redes sociales y grooming, que es un delito se constituye cuando un mayor de edad se pone en contacto con menores de edad con el objetivo de cometer algún abuso.

Güento indicó que las víctimas habían recibido numerosos mensajes con insinuaciones sexuales, pero que hubo muchas dificultades para dar con el sospechoso porque utilizaba múltiples números de teléfonos celulares, que descartaba constantemente, pero aclaró que finalmente se pudo establecer una linea telefónica que era de su uso personal y a partir de allí pudieron rastrear su domicilio.

Ayer pasadas las 14, la policía fue hasta el domicilio del hombre y al ser recibidos por el sospechosos, el hombre reconoció que había “molestado a algunas personas, pero quiso excusarse y aseguró que hace mucho tiempo que ya no lo hacía más”, indicó el subcomisario. De todas formas se procedió con el allanamiento autorizado por la fiscalía y se secuestro un CPU de computadora, un pendrive y un teléfono celular que serán peritados. En tanto el hombre fue demorado y quedó a disposición del fiscal de Delitos Sexuales, Andrés Azar.

El subcomisario explicó que son numerosos los casos de acoso a través de las redes sociales y que también reciben muchas denuncias por extorsiones. “Hay muchos casos de hombres que son contactados por perfiles falsos de Facebook de mujeres, se comunican y entran en confianza, luego intercambian fotos con contenido sexual y finalmente son extorsionados, les solicitan dinero bajo la amenaza de que van a mostrar esas imágenes a sus familiares”.

Detalló que “cuando el contacto se establece con menores, directamente ya se configura como grooming. En esos casos recomendamos que los padres no continúen con el intercambio de mensajes y que denuncien el hecho”.

Güento recomendó que “los mensajes no deben ser borrados porque son la mejor evidencia. Con ellos podemos rastrear los perfiles, que muchas veces son falsos y los suelen eliminar, por eso se dificulta identificar al delincuente. Recomendamos que tomen capturas de pantalla y guarden la evidencia, así nosotros podemos trabajar con más velocidad”.


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